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El yoga es cosa de niños en Tapia

Las hermanas Blanca y María Serres lideran un proyecto para extender la práctica de la disciplina entre los más pequeños: "Les enseña a gestionar sus emociones"

María y Blanca Serres.

Las hermanas María y Blanca Serres se han fijado como objetivo sembrar la semilla del yoga en los más pequeños, conscientes de las herramientas y virtudes que esta disciplina milenaria les proporcionará cuando crezcan: "Gracias al yoga se reconocen emocionalmente y eso es importante para llegar sanos a la vida adulta; aprenden a gestionar mejor sus emociones". A ellas el yoga les llegó de mayores y por eso con su proyecto "Happyoguis" quieren romper los prejuicios que hay en torno a esta práctica y dar una oportunidad a los más pequeños para que se inicien cuanto antes. Sus clases, van especialmente dirigidas a niños de 3 a 12 años.

A través del juego y con la base de las posturas del yoga, desarrollan técnicas de concentración, respiración y relajación. "No saben qué se van a encontrar, pero les encanta", explican. Su proyecto nació en Tapia, donde tienen ya 17 alumnos, y esperan ir creando más grupos por la comarca. Cuenta Blanca, para quien el yoga es "una forma de vida", que cuando se convirtió en madre tuvo claro que quería dar a sus hijos herramientas para gestionar sus emociones y, por eso, empezó a introducirles en el yoga. Después empezó a formarse hasta idear este novedoso proyecto que ahora comparte con su hermana. Ambas relatan los beneficios de esta disciplina, "desde una mejor concentración a estrategias para afrontar en mejores condiciones los problemas del día a día".

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