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"Dios me concedió ser longevo"

El luarqués José Basilio Pérez Menéndez, pescador jubilado, cumple 100 años en el asilo de Villar rodeado de sus amigos y de su familia

José Basilio Pérez, ayer, con el regalo de sus cuidadores y amigos del asilo. A. M. SERRANO

José Basilio Pérez Menéndez recibió ayer, de mano de su amigo Ángel Zapatero, los regalos de su 100 cumpleaños. El luarqués celebró esta efeméride tan destacada para él, su familia y sus amigos en el asilo de Luarca. Allí reside desde febrero, y allí conoció en mayo al gijonés Ángel Zapatero. "Cuando llegué aquí, fue el primero que me dio confianza", dice Zapatero entusiasmado.

José Basilio Pérez recogió emocionado los regalos (un portarretratos con varias fotos de su vida y una reseña escrita de su historia), sopló las velas, rió y dedicó palabras de alegría a los organizadores de la merienda. "Aquí (en el asilo) estoy tranquilo", dice este luarqués, que fue marinero y cree que es tan longevo por gracia divina: "Dios me concedió esto", cuenta risueño.

Ayer celebró un cumpleaños diferente. Por primera vez lo hizo rodeado de casi un centenar de personas del asilo de Luarca. Una gente "muy buena, que me trata muy bien", subraya. Dice su hija, María Luisa Pérez, de 57 años, que José Basilio es paciente y sabe afrontar con mano izquierda los cambios de la vida. Hace nueve años, la mujer se separó y "mi padre siempre estuvo ahí, ayudando y apoyando". Para ella este es un rasgo de su carácter, tranquilo y moderno. "Siempre aceptó a las novias que traía mi hijo a casa con sólo 20 años", dice riendo su hija.

En la familia destacan su buen talante y su fortaleza. El mes pasado, superó una neumonía y estuvo diez días ingresado en el hospital comarcal de Jarrio.

Ayer lució traje y corbata, y lució la mejor de sus sonrisas cuando sus compañeros le cantaron el cumpleaños feliz, a las cinco y media de la tarde, tras la misa que se ofreció como antesala del homenaje. "Es muy comprensivo y tiene una memoria de elefante", confiesa su otro hijo, Carlos Pérez, doce años mayor que su hermana María José.

En el asilo saben muy bien que a José Basilio se le escapan pocas cosas. Dice la terapeuta ocupacional, Goretti Fernández, que estas actividades son importantes para la gente mayor. "Cambian de rutina, se divierten y es bueno desde el punto de vista emocional y cognitivo", dice. Ella se encargó de recopilar la historia de José Basilio Pérez, a base de los recuerdos del interesado, "que son muchos y precisos", señala.

José Basilio contó que nació en el barrio de El Cambaral de Luarca y que con 12 o 13 años se inició en el mundo de la pesca. La Guerra Civil le tuvo año y medio fuera de casa y volvió para quedarse. En Luarca conoció a su mujer, María Luisa, y en Luarca tuvo familia y trabajo. Se jubiló con 61 años y entonces dedicó su tiempo a hacer manualidades, pintar y estar con sus nietos. Cerca del mar vivió con su familia, y a su orilla vive ahora rodeado de amigos. "Siempre me tiró", y también la capital de Valdés. Si tiene que quedarse con una canción, ésa es "Ven a Luarca". Y si volviera a elegir profesión, no sería marinero: "mejor pintor".

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