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Los galardones "María Moliner"

La falta de fondos para comprar libros preocupa en los centros rurales

La falta de fondos para comprar libros preocupa en los centros rurales

El bibliotecario de Navelgas, Elías Veiga, explica que el proyecto premiado, dirigido a niños de entre 3 y 18 años, "tiene el objetivo de fomentar y solidificar la actividad lectora, además de potenciar actividades culturales y sociales relacionadas con el plan". Entre las iniciativas que se llevaron a cabo dentro del plan destaca "Abuelos cuentacuentos"; "Disfrázate leyendo", que consistió en la lectura de novelas o cuentos de época para luego confeccionar disfraces; "Jugar y leer", en el que se creó un tablero de juego con motivos relacionados con el libro escogido; o "En busca del libro perdido", que a través de la lectura de capítulos de obras clásicas de la literatura los participantes tuvieron que encontrar objetos relacionados con lo leído escondidos por la localidad.

Todas estas actividades se enmarcan dentro de otras de amplio recorrido que se repiten anualmente como la Semana del Libro, Selmana de les Lletres Asturianas, Semana o Mes cultural o el Certame L.literariu César Feito.

Para sacar adelante el proyecto, Elías Veiga asegura que se ha tenido que apoyar en la participación, colaboración, asociacionismo e integración. "Cuatro pilares fundamentales para desarrollar actividades en Navelgas donde contamos con poco presupuesto y que, de otra manera, sería difícil de llevar a cabo", apunta Veiga. El premio supondrá para la biblioteca poder introducir unos 200 libros nuevos en sus estanterías, algo que su responsable valora mucho "porque en esta época de crisis hay poco dinero para renovar los títulos".

Para Elías Veiga el trabajo que realizan las bibliotecas públicas en los pueblos es "impagable". Además de albergar libros, el bibliotecario las considera "un espacio de integración, participación y de dinamización sociocultural indispensable para cualquier sociedad moderna".

En Figueras, el proyecto que presentó la biblioteca se llama "La biblioteca cuando más cerca mejor". Engloba toda la actividad de animación lectora que desarrolla este centro ubicado en la villa figueirense. Josefina López, que cumplirá el próximo enero una década al frente del centro, cuenta que este galardón es el reconocimiento al trabajo callado de mucha gente, desde los lectores a los colaboradores que aportan su granito de arena para que las actividades salgan adelante.

"Con los recursos escasos que tenemos sería casi imposible hacer nada sin la ayuda de todos los colaboradores que tenemos, por eso me hace especial ilusión este premio", indica la bibliotecaria, al tiempo que defiende la fundamental labor que realizan las pequeñas bibliotecas rurales. "Yo siempre digo que esta es una biblioteca pequeña pero no por eso hace cosas pequeñas. Favorece que los vecinos tengan acceso a la cultura y eso es importante", incide esta profesional.

López destaca especialmente la labor que realiza en colaboración con el colegio rural agrupado (cra) Tapia-Castropol. "Una vez cada quince días los niños vienen a la biblioteca para hacer actividades de animación a la lectura", precisa López, quien intenta que las propuestas sean diferentes y se salgan de los cuentacuentos habituales. Otra de las citas que ha cosechado más éxito es el taller de escritura que dirige el escritor Gonzalo Moure.

"En las reuniones del club de lectura percibí que había gente que escribía en silencio y se me ocurrió plantear este taller. Fue un éxito y en la primera edición se sumaron sobre veinte personas", añade. Fruto de la primera edición el grupo editó un libro de relatos.

El concurso de poesía "Miguel G. Teijeiro", que ya va por su sexta edición, el programa para mayores de 12 años "1, 2, 3. MiniLecturas", que se puso en marcha este año, o los encuentros con autor son algunas otras de las propuestas de este centro que cuenta con alrededor de 5.000 volúmenes y recibe de media entre 25 y 30 personas diarias. El reto para López es lograr que los niños pisen más la biblioteca y se aprovechen de este espacio "luminoso, cálido y acogedor" que les espera cargado de libros y aventuras.

En Cudillero, el proyecto cultural "Bibliomantes" merecedor del premio "María Moliner" tiene que ver con los mayores. La bibliotecaria, Ana Fernández, dirige este iniciativa que acerca la literatura a los internos de la residencia de mayores de la villa pixueta y de la casa tutelada de Soto de Luiña. "Somos nosotros los llevamos los libros", indica. También hacen la misma labor con el centro de día, aunque en este caso no se trata de internos. La idea surgió tras comprobar el éxito de la biblioteca itinerante de "Rompiendo distancias", que viaja por los pueblos con el fin de ganar lectores entre los mayores de 60 años.

"Pretendemos que la gente no deje de leer por no tener a su alcance el material o por no poder desplazarse físicamente a una biblioteca", explica Ana Fernández, quien dirige la biblioteca de Cudillero desde 2002.

Los libros más solicitados por este tipo de usuarios hablan de Asturias o de Cudillero y suelen tener numerosas imágenes. También, según Ana Fernández, tienen éxito las novelas que trasladan a estos adultos a su infancia. "En general, ya sabemos lo que podemos ofrecerles y si falta algo, nos llaman", indica la bibliotecaria. Precisamente esta cercanía y este trato familiar son dos de las características que destaca de las bibliotecas rurales y pequeñas. Es habitual que los usuarios de la biblioteca se dirijan a Ana Fernández y le pregunten "¿Qué tienes por ahí para mí?".

"Saben que conozco sus gustos y eso es una gran ventaja y una gran orientación para fomentar la lectura a todas las edades", señala la bibliotecaria. Como punto débil, apunta a las pocas posibilidades de compra de libros. "Desde el inicio de la crisis, las opciones son pocas. Tenemos pocas ayudas y eso condiciona el avance del fondo bibliográfico", indica.

En Luarca, el proyecto "¡Ven a mi biblio: qué guay!" está dirigido a los más pequeños. La bibliotecaria y directora de la Casa de Cultura, Cristina Álvarez, pretende crear una biblioteca relacionada con las culturas del mundo. "Si se toleran las diferencias es más fácil tener paz", señala la responsable del centro. Para poder crear este novedoso rincón una maleta viajará por los distintos centros escolares del concejo para que los alumnos la llenen con sus propuestas.

"Se trata de que los niños conozcan otras culturas de la mano de niños asentados en Valdés, pero con otra nacionalidad o procedencia", señala. Además, en este novedoso proyecto también pueden participar los alumnos de la zona mostrando su cultura y qué les gusta de ella.

Una vez que la maleta llegue a la Casa de Cultura (se espera para mayo), el material pasará a formar parte de la sala de lectura infantil. Cristina Álvarez incluso ha reservado un hueco. "Lo tenemos todos dispuesto y estamos muy ilusionados con este proyecto", destaca.

La biblioteca de Luarca desarrollará otras acciones con el fin de involucrar a los niños para que hagan recomendaciones literarias a otros niños de su edad. Además, organiza desde hace años concursos literarios y distintas actividades que fomentan el aprendizaje individual y la imaginación entre los pequeños lectores.

Según Cristina Álvarez, "ellos son los socios del mañana, por eso hay que cuidarlos". El proyecto que ganó el premio habla de todas estas actividades "diferentes de la oferta habitual" que se proponen desde la Casa de Cultura de Valdés, tienen que ver con la infancia y que están funcionando.

La bibliotecaria considera que las bibliotecas rurales son más cercanas para los socios, pero destaca también una de sus grandes desventajas por ser, precisamente, pequeñas: "Tenemos pocos fondos para adquirir material". La única ayuda llega del Principado, y con la crisis ha ido a menos.

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