El Principado ha recogido más de tonelada y media de patata dañada por la "tecia solanivora" o polilla guatemalteca desde que el pasado 10 de octubre anunciara su intención de retirar de manera gratuita el producto dañado de San Tirso de Abres, Vegadeo y Castropol, los tres concejos hasta ahora afectados. El jefe de Sanidad Vegetal, Máximo Braña, pide a los vecinos que no bajen la guardia y ante la más mínima duda llamen a los técnicos para descartar o confirmar la afección.
"Que la gente no sea reacia, que llame, esto va en beneficio de todos. Es muy importante que se declare la destrucción", añade Braña, quien recuerda que la retirada de la patata da pie a los vecinos a solicitar la pertinente compensación por daños, fijada en 0,30 euros el kilo de patata afectada. "Se les paga por una patata que a ellos no les vale para nada", apunta para convencer a los vecinos.
El responsable de Sanidad Vegetal está satisfecho con la respuesta que están dando los afectados por esta plaga, la más voraz y destructiva de las que afectan al tubérculo. Sin embargo, les recuerda que no se trata de una situación temporal y que la batalla llevará tiempo: "Esto sigue, no está resuelto y va a llevar años. Por eso insistimos en que nos avisen de cualquier daño que vean en la patata. Todo lo que sea informar nos ayudará a atajar el problema".
Ahora mismo la zona más sensible es el almacén. De ahí que los vecinos deben estar atentos a los más de 150 polilleros distribuidos por Sanidad Vegetal y que serán los encargados de detectar cualquier polilla que esté en el almacén. También es posible que el problema esté dentro de la propia patata, con la polilla en fase de oruga. En todo caso, los expertos advierten de la importancia de revisar frecuentemente la patata para actuar con rapidez al más mínimo indicio.
El protocolo establecido consiste en que nada más localizar el daño se dé parte al Principado a través del teléfono 985 105 631. Si está claro que se trata de un daño por polilla guatemalteca, la patata debe de guardarse en bolsas o sacos de plásticos, aplicar un insecticida y cerrar bien. Una vez los técnicos pesen y recojan la patata se podrá solicitar la pertinente indemnización. Braña incide también en la prohibición de sacar el producto de la zona afectada para evitar la propagación de los daños.
La polilla entró en la península ibérica por Galicia y el pasado año se detectó en los concejos del entorno del Eo. Es un problema que preocupa a las autoridades comunitarias y los expertos quieren aislar la plaga y evitar su propagación a zonas de grandes producciones. En este sentido no se descarta que próximamente se establezca en la zona afectada la prohibición de plantar el tubérculo durante un periodo determinado.
