Mientras se hace realidad la ansiada autovía, Alberto García reclama al menos que se habilite un carril lento para los vehículos pesados. Hoy en día, la plataforma que será la futura autovía no admite adelantamientos, "y si tienes la suerte de encontrarte con un camión, vas detrás de él hasta La Espina", indica García.
En el concejo de Tineo los avances de la autovía se viven con gran expectación, ya que son muchos años los que el municipio lleva soñando con poder disfrutar de una vía rápida que le una al centro de la región. Por eso el anuncio de que para septiembre del próximo año podría estar abierto el tramo que une Cornellana con La Doriga ha sido muy bien acogido.
"Estamos contentos con la noticia, por aquí necesitamos que llegue la autovía como el comer", asegura el empresario Agustín Menéndez. Recuerda que el cierre durante varios meses del tramo de carretera que pasará a formar parte de la autovía entre La Espina y Salas repercutió negativamente en las empresas de la zona, con pérdida de dinero y de tiempo en los transportes. Eso sí, no entiende que se limite el nuevo tramo a 80 kilómetros por hora, aunque asegura que "a estas alturas nos conformamos con lo que nos den, porque podría ser mejor, pero económicamente lo vamos a notar mucho".
Muy escaso ve el avance de las obras el también empresario Benjamín Alba. "Llevamos muchos años esperando por esta autovía y va siendo hora de que llegue a La Espina; da la sensación de que va todo muy lento, como si no hubiese ganas de acabarla", apunta. Alba se muestra indignado porque la continuación de los trabajos hacia Salas esté pendiente de un modificado de obra, algo que no comprende que esté pasando después de tantos años, e insiste en recordar que la llegada de la autovía es la única posibilidad de futuro para la comarca suroccidental.
Para los trabajadores que se desplazan de Tineo a Oviedo y viceversa, la apertura de un nuevo tramo es muy positivo por el ahorro de tiempo que supondrá. Isaías Suárez trabaja en Tineo y Oviedo y calcula que se podrá ahorrar hasta 10 minutos, a pesar de que el límite de velocidad esté en 80 kilómetros por hora.
Para José Manuel Rodríguez, vecino de Tineo, es ridículo que el límite se fije en 80 kilómetros por hora "cuando por la nacional se puede ir hasta a 90" y piensa que detrás de esta limitación se puede encontrar la idea de "colocar radares para multar".
