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Beltrán quiere salvar el planeta

Un franquino de 5 años recurre a LA NUEVA ESPAÑA para llegar a los "dueños de las fábricas" y mostrarles su idea para frenar la contaminación

Beltrán quiere salvar el planeta

Beltrán Bedia tiene 5 años y un mensaje claro y directo para "los dueños de las fábricas" del mundo: "Por favor, os pido que pongáis tapas en las chimeneas para transformar el humo en vapor de agua". Este soñador del colegio público franquino Jesús Álvarez Valdés quiere encontrar la manera de poner fin a las emisiones contaminantes y ha recurrido a LA NUEVA ESPAÑA para hacer llegar su mensaje a los empresarios, "que seguro que leen el periódico".

Cuenta Alba Rodríguez, maestra de este jovencísimo ecologista natural de Llóngara (El Franco), que Beltrán es un niño "muy especial", que se muestra singularmente comprometido y concienciado con la situación del planeta. El curso pasado trabajaron en clase el libro "Si no te gusta tu vida, ¡cámbiala!", del aventurero leonés Jesús Calleja, y profundizaron en la necesidad de cuidar el medio ambiente y este año, de la mano de un proyecto sobre superhéroes de ficción y también de carne y hueso, hablaron, entre otros, de un personaje comprometido con el reciclaje. Todas estas ideas con las que trabajaron en clase durante horas hicieron que Beltrán se decidiera a tomar la iniciativa y dar un paso al frente para defender el planeta.

Un buen día llegó al colegio pidiendo ayuda a su maestra para escribir una carta. Quería proponer a los dueños de las fábricas una idea para transformar las emisiones que lanzan sus instalaciones a la atmósfera en una sustancia no contaminante como es el vapor de agua. Al terminar de escribir la misiva tuvo claro que quería que llegara a cuanta más gente mejor. Primero pensó en el blog de su clase, pero luego consideró que un medio de comunicación era una herramienta más adecuada, y de ahí que tomara la decisión de enviarla al periódico.

"Hice todo el proceso con él y cuando le dije que todo estaba en marcha y la carta enviada se mostró súper emocionado. Su madre me comentó que desde entonces está pendiente del telediario por si hablan de su carta", cuenta la docente, que inculca a sus alumnos que son la generación del futuro y que en sus manos está cambiar las cosas. Está además muy orgullosa de que los temas tratados en el aula calen y dejen una semilla en los pequeños.

Alba Rodríguez envió el manuscrito de Beltrán a LA NUEVA ESPAÑA con una texto explicativo en el que contextualizaba la singular e inusual iniciativa de su alumno (ver la carta íntegra que acompaña a este reportaje). Cuando Beltrán supo que este periódico había recibido su escrito y que quería hablar con él, se mostró encantado. A sus cinco años tiene las cosas muy claras y por eso, a la pregunta de "¿qué quieres ser de mayor?", responde sin dudar: "Antes quería ser granjero, pero ahora quiero ser científico porque me gustaría salvar el mundo". Cuenta además que en su casa, muy cerca del colegio, tiene instalado un laboratorio donde hace pócimas mágicas.

Sus pociones no solo tienen la Tierra como objetivo, sino que a raíz de otra actividad que realizaron en clase se le ocurrió la necesidad de dar con una fórmula que le permitiera curar la terrible enfermedad del Alzhéimer. Sus propios compañeros del colegio Jesús Álvarez Valdés de La Caridad destacan su bondad y su compromiso con el medio ambiente.

Ahora el pequeño Berrón confía en que "los dueños de las fábricas" lean este mensaje tan importante que les quiere hacer llegar y se pongan en contacto con él para empezar a trabajar en la compleja misión de salvar el planeta. Que así sea.

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