La oposición en bloque se levantó y abandonó el Pleno extraordinario que ayer se celebró en Navia, como forma de protesta ante la actitud "autoritaria" del gobierno socialista. La mecha que encendió esta polémica es la propia convocatoria del Pleno, que se hizo, según denuncian Izquierda Unida y el Partido Popular, sin avisar, por lo que les fue imposible preparar propuestas. El PSOE sí que presentó una moción, algo que no sentó nada bien en las filas opositoras.

Los ediles de IU y del PP se levantaron a la vez cuando llegó el momento de votar la moción presentada por el PSOE referida a la financiación de los municipios, la única instada por los partidos dentro del orden del día. "Estamos en un pleno extraordinario en el que se presentan cuatro puntos, sin ruegos ni preguntas. Ya hemos protestado anteriormente por el trato en lo que a mociones se refiere, pero esto es un paso más en lo absurdo y en lo totalitario del gobierno local", leyeron ambos portavoces, Nacho Blanco y Nacho Méndez, durante su turno de intervención.

La declaración conjunta seguía explicando que los grupos de la oposición no fueron avisados con antelación a la hora de convocar el Pleno, lo que supone "cercenar" sus posibilidades para presentar otros puntos, ya sean mociones o ruegos y preguntas. "Creemos que es una falta a la libertad de expresión, no sólo a los partidos políticos, si no también a todos los vecinos que depositaron su confianza en las urnas para que hiciéramos su voz con nuestra presencia aquí", remarcó la oposición. Consideran los portavoces de IU y PP, por último, que se trata de "una falta de respeto" a los compañeros de Consistorio.

El alcalde, Ignacio García Palacios, negó que el perfil de su equipo tenga nada que ver con el cariz "de dictatorial, antidemocrática o con intención de amordazar la voz del pueblo", y que en ningún caso se trata de una falta de respeto. "Es la forma que tienen de manifestar que están en la Corporación, de que existen. Quieren hacerse ver de esta forma", considera el Alcalde, que lamenta que los ediles "no hayan entrado en el fondo de la moción", que calificó "muy importante" para los intereses de los municipios.

La propuesta que levantó la discordia es una directriz genérica, remitida a todos los municipios, en la que se pide que el Gobierno central autorice a los entes locales a invertir el remanente que queda tras el superávit. "Esta moción no tiene un carácter partidista, sino que tiene una consideración muy genérica, viene impulsada desde la Federación Española de municipios y Provincias. Creímos conveniente incluirla en el orden del día porque nos pareció que era el mejor momento, sin tener que esperar un mes más hasta el próximo Pleno", argumentó García Palacios, que lamenta que se utilice esta forma de "victimismo" en la política local.