Más de ochocientos alumnos de Secundaria de los institutos de Navia, Tapia y Vegadeo han participado en el proyecto "Bioética en las aulas", que impulsa en el Hospital de Jarrio el Comité de Ética del área sanitaria I. Un foro de debate, una herramienta de formación abierta a la sociedad, que la semana pasada recibía en Barcelona el Premio Nacional de Ética y Ciencia, entregado por la Fundació Víctor Grifols i Lucas. "Es un reconocimiento importante al trabajo de todos, en especial el de los alumnos", afirma Rosa Mesa, presidenta del comité del Noroccidente.

De un total de cuarenta proyectos, "Bioética en las aulas" triunfó por haber sabido aunar esfuerzos entre tres centros educativos diferentes y una entidad sanitaria, y todo ello en un entorno rural. "Es un proyecto único en España", remarca Mesa.

"Sobre lo que reposa este proyecto es sobre una idea de lo que debe ser la escuela, abierta, que está comprometida con los debates sociales; y el aprendizaje de los jóvenes, que participan y se comprometen, un aprendizaje en el contexto", ahonda Emilio García, profesor de Filosofía en el centro veigueño.

"Aprenden a trabajar en equipo, a elaborar proyectos y a evaluarlos ellos mismos, y a comunicar los resultados al público", añade el docente.

Los responsables destacan la implicación de los propios alumnos en el proceso, que va desde la discusión en clase sobre casos reales hasta su exposición en público en un encuentro anual de todos los centros. "Están motivados, buscan información y perfilan muy bien sus posturas", destacan, señalando que la herramienta sirve para formarse opiniones, pero también para eliminar tabúes y prejuicios. La nueva ley educativa no lo ha puesto fácil, pero los responsables han logrado que se repita, un año más, esta premiada iniciativa.