La iglesia de la parroquia de Canero tiene estos días más visitas de las habituales. La culpa la tiene un belén que se transforma cada año. Los artífices de esta recreación del nacimiento de Cristo son los miembros de la junta parroquial. Trabajan desde finales de noviembre para que el belén luzca impecable. "Tenemos trabajo para veinte días", dice Visi Suárez, una de las creadoras. Esta vecina de Valdés forma parte de la junta parroquial desde hace al menos treinta años. Empezaron a hacer un belén por el afán de "ofrecer algo más a la gente que viene y porque merece la pena".

Todos los años se hace algo nuevo. En esta edición tocó construir una posada y un gallinero. El creador de las edificaciones que pueblan este particular belén es Humberto García, quien todas ediciones, además, piensa en una nueva composición. Este año, un problema de salud lo mantiene, de momento, alejado de su obra.

El nacimiento de Canero ilustra el día y la noche. En él se recrean sonidos de la naturaleza y luces de casas y fuegos. En la sala donde se encuentra el nacimiento cuelgan, además, doce premios. Todos los que ha ganado la parroquia desde que empezó a celebrar así la Navidad.

El belén de Canero se hace gracias a la unión de los miembros de la junta parroquial, destaca José Peláez. Este vecino asegura que este belén de premio es sólo una de las muchas cosas que hace la junta. Entre sus cometidos está limpiar la iglesia y mantener en buen estado lo que se encuentra en ella.

El belén se puede visitar en horario de misas y funerales, así como los días festivos, de cuatro a seis de la tarde. La entrada es libre, pero aquellos que deseen colaborar para que el próximo año se compren nmás figuras y se hagan nuevos edificios pueden hacerlo con un donativo.