La Guardia Civil investiga por un delito de maltrato animal al hombre que abandonó nueve cachorros mestizos de pastor alemán en un monte cercano al pueblo de Gamones, en el concejo de Valdés. Los hechos ocurrieron el último fin de semana de octubre. Los cazadores del coto se encontraron con los animales y una bolsa con gallinas muertas. Al parecer, la perra madre de los cachorros causaba destrozos en los gallineros y esta podría ser el motivo de su precipitada muerte y del abandono de sus cacharros.

Los animales fueron abandonados con muy poco tiempo de vida, razón por la que de no ser hallados por los cazadores no hubieran sobrevivido. La protectora Animales sin Hogar de Valdés se hizo cargo de los cachorros, y todos excepto uno lograron familia adoptante. El único que todavía cuida esta entidad valdesana busca casa de acogida o adoptantes.

El caso fue investigado por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona). Tras meses de investigación, el hombre que dejó a su suerte a los animales está investigado (lo que antes se conocía por imputado) por un delito de maltrato animal. El abandono de animales no salvajes en condiciones en que pueda peligrar su vida o integridad está castigado con una pena de multa de uno a seis meses. Según la normativa que se aplica desde julio de 2015, el juez podrá imponer además una pena de inhabilitación de tres meses a un año en el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y su tenencia.

El caso causó cierto revuelo en la zona de Valdés donde los cachorros fueron abandonados. Los animales se encontraban en una zona de difícil acceso a la que la protectora de animales llegó con problemas. La entidad animal no denunció los hechos pero la Guardia Civil continúa adelante con la investigación. No es el único caso de maltrato animal que se dirime en la zona. En el vecino pueblo de La Tejera, en Cudillero, el Seprona también investiga el envenenamiento de animales. En este caso sí hay denuncia particular, ya que el veneno fue ingerido por un gato y un perro de una familia. El informe veterinario revela que se utilizó un veneno fuerte. El gato murió y el perro tuvo que someterse a un tratamiento muy agresivo para continuar con vida.