Los alumnos del ciclo superior de Gestión Forestal y del Medio Natural y del ciclo medio de Aprovechamiento y Conservación del Medio Natural de la Escuela de Selvicultura del Instituto Concejo de Tineo han declarado la guerra a las plantas invasoras. Acaban de finalizar su acercamiento al tema de las plantas alóctonas y se han dado cuenta de la necesidad de concienciar a la sociedad sobre lo perjudicial de permitir la expansión de las hierbas foráneas y de exigir una actuación para frenar a las ya instaladas en nuestro territorio. Para ello, animados por su profesora Teresa Fonseca, han escrito un artículo que invita a la reflexión sobre el tema y que han querido hacer público en LA NUEVA ESPAÑA.

"El problema es más grave de lo que se reconoce", subraya José Miguel Quintana, que es natural de León y explica que en su trayecto de León a Tineo "hay zonas totalmente invadidas por el plumero de la Pampa, sobre todo a la entrada de Oviedo, donde se ven prados que parecen nevados, cuando lo que esperamos ver los que llegamos de afuera son terrenos verdes".

El plumero o hierba de la Pampa, de nombre científico "cortaderia selloana", es una de las especies invasoras más reconocidas y fáciles de identificar. Pero los estudiantes subrayan que no es la única y que existe un catálogo con unas 124 plantas exóticas registradas. Los estudiantes de este ciclo de Gestión Forestal y del Medio Ambiente denuncian que las plantas llegadas de afuera cada vez están ganando más terreno a las especies autóctonas y avisan de que provocarán "un cambio en los ecosistemas". Por esta razón se muestran preocupados al ver que desde las administraciones "no se está haciendo nada para combatirlas y no existe un proyecto de erradicación". Es más, ven increíble que sean los propios entes públicos "los que muchas veces utilizan en espacios públicos este tipo de plantas de forma ornamental, algo que no debería permitirse".

Desde su clase, abogan porque se busquen soluciones que podrían pasar por la creación de un voluntariado ambiental que se establezca con un programa de ayudas para llevarlo a cabo. Además, consideran que la clave está en empezar por la base informando y concienciando a la ciudadanía sobre las consecuencias de favorecer la expansión de las especies invasoras. "Nosotros estamos haciendo esa labor con nuestro círculo cercano y se sabe de gente que de forma particular está arrancando estas plantas, pero no es suficiente", apunta Nike García.