De "peligro inminente". Así califican los pescadores de Puerto de Vega la navegación por su muelle. Las condiciones de esta infraestructura, denuncian, no son las más apropiadas para la entrada y salida de los barcos de pesca de mayor tamaño, algo que repercute negativamente en las arcas de la cofradía de pescadores. Tanto es así que hasta cuatro pesqueros han decidido, en los últimos años, trasladar su base hasta el puerto gallego de Burela, donde reciben más facilidades. Por todo ello, el gremio reclama que se lleven a cabo los trabajos de mantenimiento mínimos, consistentes en el dragado del puerto, y la construcción de un dique en el este, una promesa del Principado "de la que aún no tenemos noticia", aseguran.
"La situación, en la actualidad, es grave para los barcos y para la gente de la mar de Puerto de Vega", advierte Adolfo García, patrón mayor de la cofradía de pescadores Nuestra Señora de la Atalaya. Denuncia la "peligrosidad" con la que deben trabajar a diario los marineros que descargan en Puerto de Vega, y lamenta que varias embarcaciones hayan abandonado esta base. "Está llevando a la ruina a la cofradía. Los barcos que se han ido superaban los dos millones y medio de euros de facturación. La cofradía tenía cinco empleados, ahora tenemos dos", incide García.
La cofradía tiene capacidad suficiente para asumir la carga de estos pesqueros, pero el puerto no puede con su tamaño. Una problemática que repercute, añade Adolfo García, en la dinámica general de la rula: "Al no tener este aporte de pescado, las subastas van a menos, y las ventas también. Dificulta la preparación de las subastas", subraya, explicando que en la localidad se dejó de rular bonito por esta causa. El patrón mayor apela, además, al "bienestar" de esa treintena de marineros de Puerto de Vega, que deben acudir a la localidad gallega para trabajar. "Es un gasto que no hacen aquí, y supone pérdidas para todo el pueblo", afirma.
La principal petición del gremio al gobierno regional es la construcción de un nuevo dique, en la parte este del puerto, para proteger la entrada y salida de embarcaciones. La propuesta del sector pesquero pasa por construirlo sobre el bajo conocido como "El Canouco". La estructura ayudaría a la estabilidad en el canal de entrada y salida del puerto. Además, solicitan el dragado integral del puerto, que, según denuncian, lleva tres años sin realizarse, y la reparación de los amarres de las embarcaciones.
"Llevamos años reivindicando el nuevo espigón. Se nos prometió, por parte de la Consejera y del Presidente, que tendríamos un estudio, y un proyecto encima de la mesa. Hubo reuniones, pero a día de hoy no tenemos ninguna noticia", lamenta el patrón mayor. Sobre los dragados, considera que "no es de recibo que lleve años sin que se realice uno aquí, cuando la draga pasa por delante, y otros puertos hasta repiten". "Todo son buenas palabras, pero de momento el puerto no sólo no mejora, sino que empeora con el paso del tiempo y los temporales. Nuestra preocupación aumenta día tras día", remata Adolfo García.
Para Ignacio García Palacios, alcalde de Navia, las reclamaciones de los pescadores son convenientes. "Es necesario, se precisa rematar el puerto de Puerto de Vega, sobre todo por lograr una seguridad máxima. Este nuevo dique la daría, además de permitir ampliar el espacio disponible. El antepuerto se convertiría en puerto", manifiesta el regidor, que asegura que el Principado "está trabajando en el proyecto", aunque adelanta que su ejecución tendría "un coste importante". "La Consejería debe mantener muchos puertos, y ésta sería una obra de peso, que tendrá que buscar acomodo en los presupuestos", señala García Palacios.
La última actuación ejecutada en la zona portuaria de Puerto de Vega se produjo durante el año 2015. En ese ejercicio se invirtieron unos 730.000 euros para reparar los daños que los temporales del invierno anterior causaron en el dique del oeste. Las olas llegaron a desplazar los grandes bloques de protección y a crear importantes grietas en la estructura del muro. Por ello, se reforzó el dique del oeste con más de medio centenar de bloques, y se inyectó hormigón para fijar toda la estructura.
La actual protección externa del puerto tiene una década de vida. En ella se invirtieron más de diez millones de euros, y desde el primer momento fue criticada por los marineros por no contemplar un muro en la cara este.
