Consolidar lo conseguido en casa y fortalecer la influencia fuera. Esas son las dos principales patas de una modalidad que, aunque no goza de sus mayores niveles de licencias desde su recuperación al comienzo del milenio, sí ha conseguido establecer un calendario invariable en los últimos años y representar al deporte autóctono regional en congresos, encuentros e intercambios de ámbito tanto nacional como internacional.
Este último apartado tuvo ración doble en el último año. En el mes de agosto, una expedición participó en la asamblea general de la federación europea de juegos tradicionales (JUGAJE), que tuvo lugar en agosto e incluyó también un coloquio y la celebración de un festival de bolos y otros juegos tradicionales de diferentes puntos del viejo continente. Durante cuatro días, varios representantes dieron a conocer la situación de esta especialidad predominante en el suroccidente asturiano tanto en la teoría dentro del coloquio internacional, en el que el investigador Carlos Suari ejerció de representante, como en la práctica, con una demostración dentro del festival desarrollado en varias céntricas calles de la capital cántabra.
A ello hubo que añadir en el mes de diciembre la participación en otro festival de juegos tradicionales organizado por la Generalitat de Cataluña en Barcelona, en el cual una expedición de vaqueiro compartió experiencia y conocimientos con alrededor de 200 jugadores provenientes de 20 localidades de siete regiones europeas diferentes. Un evento que permitió a mucha gente descubrir el juego típico de Cangas del Narcea, Ibias o Degaña. "Fuimos los últimos en marchar porque la gente se enganchó rápidamente", explica el presidente de la asociación sobre la exitosa experiencia del colectivo en Cataluña.
Sin embargo, lo que más contribuye a que la modalidad siga viva es la incondicional participación de más de 200 jugadores federados que a lo largo de la temporada, concentrada en mayor medida entre los meses de abril y noviembre, toman parte de los diferentes torneos oficiales u organizados por peñas tanto a nivel individual como por equipos.
Una programación que, como siempre, dejó unos vencedores que inscribieron sus nombres en el palmarés histórico de la modalidad y que, como viene siendo habitual en los últimos años, tuvo como figuras más destacadas a los jugadores de la peña Josber, especialmente Álvaro Collar, que obtuvo en otoño su séptimo campeonato de Asturias individual con una diferencia abismal respecto a sus perseguidores. Mientras, Pedro, de la peña Villacanes, y Dani, de Trasmonte, se alzaron con los campeonatos de Segunda y Tercera, respectivamente.
En lo que respecta a la liga por equipos, Collar repitió triunfo en la máxima categoría con Josber D, aunque la victoria más emotiva tuvo lugar en Segunda, donde Naviego C se alzó con el título y se lo dedicó a José Manuel González, Valla, un exjugador fallecido en el año 2015 en un accidente laboral al que sus compañeros quisieron rendir tributo con la copa de ganadores, que en el caso de Tercera fue a parar a manos de Trasmonte A.
Completó el año fantástico de Josber el triunfo por parejas de Álvaro Collar y su hermano Guillermo y en lo que respecta a otros torneos con gran tradición en el circuito, Dani (Bimeda) fue el gran triunfador en el campeonato "Caja Rural" que sirve para estrenar la alta competición, Álvaro Collar sumó un nuevo triunfo en el clásico Torneo del Carmen del mes de julio e Iván, de la peña Bimeda, levantó el trofeo de campeón en el campeonato de Santa Bárbara. Asimismo, la peña Naviego se impuso en el IX Torneo de Peñas tras superar en la final al equipo de Bimeda por un rotundo 3 a 0.
