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Tineo pueblo a pueblo

Valles del Teso, antiguo lugar de peregrinación

Los vecinos recuerdan la llegada de gente, incluso cargando con animales, para pedir protección a la Virgen de los Remedios

Valles del Teso, en la parroquia de Relamiego de Tineo, fue considerado, hace años, como un lugar casi de peregrinación. Hasta su capilla presidida por la Virgen de los Remedios llegaba gente desde diferentes lugares para pedir una cura, principalmente para su ganado. El día que más visitas recibía la capilla estaba establecido cuando el pueblo le dedicaba a su patrona una fiesta, que solía coincidir a finales de abril o principios de mayo. Entonces la localidad se multiplicaba "creando una auténtica romería", aseguran los vecinos.

Muchos recuerdan cómo a la cita con la Virgen la gente acudía desde lejos, cargando incluso con animales para pedir curas y protección contra la enfermedad. "Era una fiesta que tenía mucha devoción entre los ganaderos, era como una feria, pero con la llegada de la veterinaria y los tratamientos esa devoción fue desapareciendo poco a poco", explica Manuel de la Fuente. Es más, la fiesta llegó a dejar de celebrarse durante casi tres décadas y, ahora, hace seis años que los vecinos decidieron recuperarla con mucho éxito. "Es una fiesta más, con música y parrillada para juntarnos todos los vecinos, pero sigue atrayendo a mucha gente".

La Virgen no es lo único que esconde la capilla, que Manuel de la Fuente explica que fue fundada por su familia en tiempos inmemoriales. De hecho, explica que, según narran las historias del pueblo, en el cabildo de la ermita están enterrados los cuerpos de dos franceses que perecieron durante la francesada.

La devoción que atraía a visitantes al pueblo tinetense no es lo único que ha cambiado. En los últimos años, Valles del Teso ha perdido más de la mitad de sus habitantes y las casas abandonadas salpican sus calles. Precisamente, el mal estado de muchas de ellas y de sus paneras preocupa a los vecinos, que temen que un día puedan venirse abajo o ir desprendiéndose, causando algún daño. Por ello, les gustaría que alguien tomase medidas en estos casos y obligase bien a mantener en buen estado los inmuebles o bien a derruirlos cuando puedan representar un peligro.

La ganadería siempre ha sido la principal actividad del pueblo y lo sigue siendo. Se mantienen cinco explotaciones de producción de leche activas con un buen número de cabezas en cada una de ellas. No obstante, los mayores del lugar echan en falta los tiempos en los que en cada casa había ganado y la gente joven estaba presente. "Fue un cambio total, el terreno que antes administraban una veintena de ganaderías ahora lo llevamos cinco", explica José Manuel Ronderos.

Ahora la parroquia está en pleno proceso de concentración parcelaria, que los vecinos esperan con ilusión, aunque también critican que "se va a gastar mucho dinero ahora que no queda gente y apenas hay perspectiva de continuidad". Los ganaderos en activo lo ven como una posibilidad de avanzar en su trabajo diario.

La emigración también marcó el pueblo. Serafín Villarejo relata que en la época de su padre fueron muchos los que se fueron a Argentina y Venezuela, y que luego, de su quinta, la opción estaba en Alemania y Suiza. "Eso fue lo que dio la vida al pueblo, porque mucha gente volvió con cuatro perras y las invirtió aquí", rememora Villarejo, quien recuerda la crudeza de aquellos tiempos y mira con preocupación al incierto futuro del pueblo.

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