Luarca se convertirá en la única villa costera de Asturias que recuperará parte de las piezas de su pasado defensivo. El Ayuntamiento de Valdés presentó ayer en Luarca el proyecto de recuperación de dos cañones que se ubicarán en la carretera del faro. El Consistorio tiene a su disposición 21.392,8 euros de la Consejería de Desarrollo Rural (un montante proveniente del Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca) para lanzar este museo al aire libre que se desarrollará en cuatro fases y que se centrará, de momento, en la restauración de estos cañones de los siglos XVI y XVII. Se trata de piezas de artillería que documentan, en parte, el pasado defensivo de la villa.

Cada una de ellas se exhibirá junto a un soporte donde se detallará su biografía y descripción técnica. Cerca, dos mesas expositivas analizarán el inventario de artillería histórica de Asturias y la evolución de artillería en España entre los siglos XVI y XVIII.

El arqueólogo y director del proyecto, Valentín Álvarez, destacó ayer la importancia de estas acciones por su impacto turístico. Luarca será la única villa de Asturias en llevar a cabo un proyecto de estas características. Álvarez se he encargado de documentar las piezas y de estudiar su emplazamiento para ser atractivo de futuras visitas turísticas. En primer lugar, se reagrupará todo el material para hacer un análisis y restauración concienzudas. El arqueólogo explicó que los dos cañones de Luarca, "por su antigüedad, por estar hechas de hierro y por su exposición al medio marino presentan un deficiente estado de conservación". El trabajo del restaurador consistirá en mejorar las piezas (una de 2,5 metros de largo y otra de tres halladas en el puerto de Luarca) para que puedan estar expuestas en el exterior.

El Ayuntamiento ha elegido la carretera del faro como emplazamiento. "Se situarán en el entorno de la batería artillera de La Blanca. Con ello se busca dotar de coherencia a todo el circuito patrimonial y a la vez, retroalimentar y completar los contenidos expositivos de ambos espacios", añadió Álvarez. El Ayuntamiento de Valdés hará después de una promoción de este museo al aire libre.

Contó ayer el arqueólogo Valentín Álvarez que durante siglos la defensa de la costa por medio de baterías artilleras fue la barrera que protegió a los puertos asturianos "del acoso de flotas enemigas y de las incursiones de corsarios y piratas". "Con los cambios geopolíticos del siglo XIX estas armas pasaron al olvido y fueron destruidas o reutilizadas como elementos auxiliares de los muelles", explicó. Las piezas que se conservaron "sufrieron un proceso paulatino de pauperización debido a un mal empleo como ornamentos para decorar espacios ajenos a su contexto original como paseos, plazas y jardines". Luarca no es la única villa costera de Asturias que conserva, con más o menos deterioro, estas piezas históricas. Por esta razón el proyecto también informará sobre piezas de otras partes de Asturias.