Ignacio García Palacios (Gijón, 1946) ocupa el sillón de la alcaldía naviega desde hace una década. En este tiempo, explica, el concejo ha abrazado la "modernidad" y una estabilidad económica antes desconocida. A pesar de ello, también existen quebraderos de cabeza para este regidor socialista, que además es el presidente de la Federación Asturiana de Concejos (FACC).
-Se han paralizado las obras del Fantasio por un problema en la insonorización. ¿Qué falló en el proceso?
-Las obras de esta dimensión y complejidad tienen proyectos específicos. Son aspectos más allá de la arquitectura en sí. En uno de ellos, la insonorización, había unos defectos difíciles de detectar. Los materiales de las medidas de insonorización pueden o no cumplir lo reglado, y eso hay que mirarlo muy específicamente. Una vez se analizó, se vio que ese material no cumplía. Aunque parece que es un error muy clamoroso, en la práctica es una cuestión de carácter técnico. Es un error del proyecto, pero esos errores están a la orden del día en todas las obras.
-¿Este error supondrá sobrecostes en la obra?
-Desde el punto de vista económico, es un aumento en el coste de la actuación, pero no es un problema que vaya a ser excluyente. Ahora se está realizando un proyecto específico de la insonorización y se está revisando todo lo demás para que no aparezcan más defectos en cuestiones técnicas. A partir de ahí saldrá a licitación, se adjudicará y se podrá continuar la obra. Trabajamos para que sea en el tiempo más corto posible.
-El Pleno aprobó pedir una estación de control de contaminantes en el aire para Navia. ¿Le preocupa la calidad del aire en la zona?
-Consideramos el tema medioambiental una cuestión importante. La humanidad provoca una serie de gases, por nuestra actividad, que dañan el equilibrio que había hasta el momento. Aparte de lo que diga el señor Trump, es cierto que existe un deterioro de los ecosistemas y un deshielo de los casquetes polares que sufrimos aquí en Navia, sin ir más lejos. Sube el mar y se pierde arena. Con esa preocupación, estamos conformes con que se hagan las mediciones en toda Asturias, y que se tengan ojos a nivel municipal en todos los rincones, aparte de los ojos que tienen competencia, que son los del Principado. Nos parece que tendría cierto interés esta estación, para controlar el aire. Actualmente hay un control, obligatorio, para la empresa Ence, donde unas certificaciones internacionales controlan esas mediciones.
-Hablando de Ence, ¿cómo analiza su impacto ambiental en la actualidad?
-La empresa está en una dirección de reducción de contaminación. Es cierto que nosotros queremos cero, ese sería el objetivo, pero a día de hoy no es posible. La empresa respeta las normas europeas, y, desde luego, venimos de una situación insoportable. Hay que mirar por el retrovisor para seguir adelantando.
-¿Confía en que el proyecto para la Poza surta efecto?
-El proyecto está basado en un estudio muy concienzudo del Indurot, dependiente de la Universidad de Oviedo. Es un estudio serio y sólido, en el que se han tenido en cuenta todas las variables. La Poza es un espacio creado por el hombre. El río Navia ya no aporta arena, por culpa de los saltos, y el cambio climático está operando en forma de desarenamiento en toda la costa del norte de España. Teniendo todo esto en consideración se realizó el proyecto, en el que se prevé abrir un espacio para que entre y salga la marea, además de realizar un mantenimiento de dragado, que va a ser continuo.
-¿Y en el caso del espigón?
-El PSOE presentó una moción al Pleno, y estamos hablando con el Principado, para que se repare al menos el espigón y se estudie la posibilidad de ampliarlo, un poco, para que favorezca al arenamiento de la playa de Navia.
-¿Teme que se paralice la operación de la planta de biomasa a causa de la denuncia presentada por los vecinos?
-La denuncia que se presentó se refiere al procedimiento, y no tiene incidencia en el proyecto en sí. Será evaluada por los juzgados cuando corresponda. El otro procedimiento, el de las autorizaciones, sigue el conducto que las leyes establecen al respecto: los órganos autonómicos de control de calidad ambiental analizan y deciden si hay o no razón en las alegaciones presentadas. Por otro lado, la empresa está trabajando en este proyecto, que es europeo, y no es una ocurrencia de nadie del Ayuntamiento. Se trata de una instalación seleccionada y financiada, controlada, por los fondos europeos destinados a la defensa medioambiental. Los técnicos europeos recibieron con sorpresa el hecho de que hubiera una protesta vecinal en vez de una buena acogida. Señalaron que había que explicarlo mucho más, y por eso ya llevamos cuatro jornadas, a las que asisten técnicos y representantes de otros Ayuntamientos, que explican su experiencia con la biomasa.
-¿Qué efectos tendrá la plaga de la polilla de la patata, que parece que va a más, en Navia?
-Es un problema que atañe no sólo a Navia, sino a España y a toda Europa, que es la mayor productora del mundo. Si esta plaga avanza, España se vería afectada en que no podría exportar ni una patata. A día de hoy, la preocupación en el concejo es principalmente de aquellos que se dedican de forma profesional a su cultivo o distribución, con los que ya he estado hablando, para indicarles lo que sucede: tenemos unos controles, y en Navia no es para alarmarse, pero sí es importante que se tenga en consideración. El que vaya a cultivar, sabe que puede correr el riesgo de que se levante. También hay que controlar los mercados semanales y los almacenes de distribución.
-Como alcalde, es muy crítico con la regla del techo de gasto municipal. ¿Cuál es la situación financiera del Ayuntamiento?
-En Navia, cada ejercicio que se liquida se hace con superávit. Esta regla obliga a disminuir siempre el presupuesto y el gasto. Los remanentes de tesorería de Navia suponen unos tres millones de euros que se podrían invertir en carreteras, saneamientos, infraestructura cultural y deportiva o en servicios sociales. Todo lo que estamos haciendo ya, que creo que se hace razonablemente bien. Creo que Navia nunca tuvo una situación económica tan boyante como la actual, y nadie puede discutir que nunca se hicieron tantas obras y tantas actividades en el concejo, con un presupuesto más reducido. Estoy satisfecho, pero entendemos que nos tienen que dejar gastar ese dinero para inyectar en la sociedad esos seis mil millones de ahorro que tenemos en toda España.
-Navia opta a ser "Villa Europea del Deporte" en 2018. ¿Qué supondría lograrlo?
-Sería una rúbrica y un reconocimiento a la vocación deportiva que tiene el concejo. Ya fue galardonado con el Premio Nacional del Deporte en 2011. Desde entonces hemos mejorado mucho, y esta aspiración europea va a ser un espaldarazo y un empujón en esta vocación nuestra. Sobre todo, será una motivación para que todos los implicados en el mundo del deporte sigan adelante. Y una corroboración de que la apuesta por el deporte es también una manera de vivir, de la que salen mejores ciudadanos, que saben lo que es el esfuerzo y el trabajo en equipo y que tienen un desarrollo físico saludable.
-Respecto a su partido, ¿cómo ve el proceso para elegir al nuevo secretario general?
-Creo que el debate que existe en el PSOE es el debate de un partido democrático, y que pone siempre en marcha estos mecanismos de elección. Las primarias para elegir al secretario general, los congresos y el debate sobre cuál es el proyecto socialista. Todos los socialistas debemos estar tranquilos, porque nuestra opinión va a tener, en las primarias, el peso respectivo para elegir al secretario general. Aunque tengo una clara disposición a favor de alguien, prefiero no desvelarlo. Lo que sí es cierto es que el día siguiente de las primarias la persona elegida debe gozar del apoyo unánime de todos los militantes.
