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El grafitero que cambió el muro por los zapatos

Arturo Verano triunfa desde Luarca con su calzado, decorado con dibujos personalizados y que distribuye por todo el mundo

Arturo Verano tiene 33 años y no dejó de luchar por su sueño hasta que lo consiguió. El joven luarqués picó en varias puertas para poder vivir de aquello que más le gusta: dibujar. Siendo un adolescente empezó a hacer grafitis. "Me gustaba pintar en la calle", cuenta. Pese a que sus dibujos parecen fotografías, en el mundo de los grafiteros hay mucha competencia y destreza y también pocas salidas laborales. Hace cuatro años conoció la aerografía (técnica de pintura por aspersión) y desde entonces vive enganchado a su trabajo: "El gran secreto es que me encanta dibujar; me gusta mucho lo que hago".

Este joven inquieto diseña sus propios dibujos y los pinta en zapatos, tablas de surf, snowboard, cascos de moto e incluso muñecos, entre otros objetos.

Lo que más recorrido comercial tiene son los zapatos, una idea que surgió casualmente. En un encuentro de Halloween celebrado en Gijón en 2015 el luarqués pintó el cuerpo de una modelo. Para que el calzado no generara tanto contraste con el cuerpo de la mujer se le ocurrió pintar los zapatos. En aquel momento se dio cuenta del poder de atracción de sus dibujos sobre esta prenda. "Lo que más llamaba la atención era el calzado", dice.

Su paso por un programa de televisión hace unas semanas le permitió, en parte, dar el gran salto. El luarqués hace primero el diseño y después pinta y dibuja. Le gustan las versiones "con muchos colores y brillos". Ahora, le llueven los encargos. Llegan de todos los rincones de España e incluso del extranjero. Las nuevas vías de comunicación han permitido a este joven dar a conocer su trabajo y aumentar las ventas. Verano tiene cuenta en Instagram (se puede localizar con su nombre) y son muchos los que siguen desde esta red su trayectoria y progresos. Aunque los medios tradicionales también le ayudan: el día que salió en un programa de televisión, "era un no parar. El teléfono de dejaba de sonar. Fue increíble".

Dibuja desde su casa ubicada centro de Luarca y de momento se no se plantea trasladarse. La estabilidad que le da su pareja también es importante, dice, para continuar en Asturias pese a que su proyecto se valora más fuera. Ve el futuro con optimismo porque desde principios de año le llueven los encargos.

"Los diseños son únicos y eso tiene mucho tirón. La gente puede tener una idea de lo que quiere. Yo me encargo de darle forma". Tarda seis días en hacer el diseño y pintar un par de zapatos. También hace cuadros y murales para viviendas. Este caso, la duración del proyecto depende del tamaño del diseño. Ahora tiene casi 60 trabajos pendientes. Y cada día llega una nueva petición. Un filón que este luarqués quiere aprovechar para dar a conocer una técnica de dibujo que no sólo aman los grafiteros.

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