"¿Veis cuando os ponen una inyección porque estáis enfermos? Pues esto es lo mismo". Así explicó ayer Pablo Fernández, técnico en aplicación de productos fitosanitarios, a los escolares del colegio Ramón de Campoamor de Navia la operación de lucha contra la oruga procesionaria. Mediante una sencilla operación en el tronco de un cedro, aplicó unos inyectables que evitarán el desarrollo de este insecto, peligroso en el contacto con la piel.

Se trata de un método novedoso que se espera poder implantar en el resto de parques de Navia este mismo año para frenar la plaga de "Thaumetopoea pityocampa". "Es totalmente repetuoso con el medio ambiente, y se aprovecha el cien por ciento del producto. No se contaminan el agua, ni el ambiente, ni los animales. Es el futuro de los tratamientos fitosanitarios", asegura Fernández, quien explica que el medicamento se introduce en la savia, "que lo moviliza a través de todo el árbol y lo sube a la hoja". La larva de la procesionaria se alimenta de esas hojas, de manera que se logra su erradicación completa.

Juan Carlos Ferreras, director del colegio, apunta que en la última semana, y mientras se realizaba un trabajo de documentación de los árboles del patio, se encontraron ejemplares de procesionaria. "Dimos aviso al Ayuntamiento, porque se trata de orugas que son urticantes y pueden generar problemas en la piel y alergias", añade Ferreras. El método empleado, las inyecciones, es el más recomendado para espacios como el patio de recreo.

Esta "vacuna" se extederá en el concejo. "Navia es pionera y apostamos siempre por las últimas tendendias. Este tipo de tratamiento, muy efectivo, se usará en las zonas afectadas", asevera Justo García, responsable del servicio de jardinería.