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Paulina lleva la cocina dominicana a Tapia

El colegio de Educación Especial Edes promueve unos talleres que sirven a los niños para probar sabores y aprender geografía

Kair Susana y David Cuadrado rebozando el pollo. T. CASCUDO

La cocina de la República Dominicana se coló ayer en el colegio tapiego de Educación Especial Edes de la mano de Paulina Cuevas, que lleva 28 años afincada en España. Su madre le enseñó de niña recetas como la del pica pollo, que ayer ella trasladó a los escolares tapiegos. Su visita abrió el ciclo de talleres de cocina intercultural con los que Edes cumple varios objetivos: desde dar a conocer sabores nuevos a los alumnos hasta aprender nociones de geografía o la procedencia de los alimentos.

"Me gusta mucho la cocina", confiesa Cuevas, mientras da explicaciones a los pequeños. Entre los escolares de Edes está su nieto Kair Susana, que ayer demostró mucha destreza ayudando a su abuela. "Se le da muy bien", reconoce orgullosa.

Se le ocurrió plantear esta receta porque el pollo es un producto que suele gustar a todo el mundo. "Una vez se lo traje al colegio y gustó", explica. Ayer volvió a triunfar con este plato, que se caracteriza por la cobertura crujiente que le confiere al pollo el rebozo a base de harina. Dice Cuevas que hay dos claves para que salga bien el plato: dejarlo macerando durante varias horas en limón y freírlo con mimo, jugando con la temperatura del aceite para lograr una corteza bien crujiente.

Además de este plato salado, la dominicana realizó a los escolares un postre o aperitivo denominado "Morir soñando". Es una especie de batido que se hace a base de leche, hielo, naranja, limón, canela, nuez moscada y vainilla y que es ideal, dice, para "pasar el calor del verano". Paulina disfrutó ayer rememorando los sabores de su tierra y los escolares se entretuvieron conociendo platos a los que no están acostumbrados.

La directora del colegio Edes, Mª Carmen Quintana, explica que la iniciativa partió a sabiendas de la variada procedencia de los progenitores de los alumnos. No en vano, entre las familias se cuentan hasta siete nacionalidades de origen diferentes: Perú, República Dominicana, Paraguay, Portugal, Francia, Hungría y España. "La primera intención es que el alumnado conozca la cocina de los países a los que están unidos sus compañeros", explica. Además, se dieron cuenta de que la iniciativa era perfecta para trabajar previamente en el aula diferentes aspectos como la situación geográfica de cada país o la procedencia de los alimentos. "También sirve para conocer productos y sabores nuevos", apunta.

Del trabajo en el aula pasan a la experimentación en la cocina, donde siguen los pasos de la receta, colaboran y, finalmente, prueban el plato propuesto. "Todos los alumnos, en la medida de sus posibilidades, van colaborando en los diferentes pasos", precisa Quintana. Hasta mediados de marzo pasarán por el centro familiares de alumnos encargados de poner en práctica las diferentes recetas propuestas en este taller intercultural. Hoy, por ejemplo, está prevista la segunda visita, que se encargará de hacer fereixolos, muy típicos de estas fechas de Carnaval.

En el listado de platos también figura el caldo verde de Portugal, patatas rellenas de Perú, mousse de chocolate de Francia y los típicos tortos de maíz asturianos.

El colegio Edes, el único de educación especial del Noroccidente, está ubicado en la localidad tapiega de El Cabillón y cuenta este curso con 21 alumnos. El centro escolariza a niños de entre 3 y 21 años con diversidad funcional, y trabaja "para lograr la inclusión social y la mejora de su calidad de vida".

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