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La bolera occidental

El celta camina hacia la igualdad

La reducción de tres equipos en la Liga masculina contrasta con el aumento de las licencias entre las féminas, que incorporan cuatro nuevas jugadoras y esperan más altas

Las mujeres vuelven a ser noticia en el mundo de bolo celta por una tendencia que cada vez parece más clara. Los avances hacia la igualdad de esta especialidad predominante en el concejo de Tineo quedan patentes al conocer los primeros datos de las inscripciones para la nueva temporada que empezará en primavera, en los cuales se refleja una caída de la participación masculina frente a una ligera subida de la inscripción de féminas, que se confía en que siga aumentando en las próximas fechas.

La nota negativa la pone la Liga masculina. De momento, el número de equipos inscritos para la competición de la regularidad se sitúa en 23, o lo que es lo mismo, tres peñas menos que las que tomaron parte de las tres categorías establecidas para los campeonatos regionales de la pasada campaña. Una caída en la participación que posiblemente se vea traducida en un cambio de formato, pues el año pasado hubo ocho equipos en Primera, otros tantos en Segunda y diez divididos en dos grupos en Tercera.

Una de las propuestas que gana más enteros es la de unificar los participantes de Tercera en un solo grupo de siete equipos y mantener los ocho repartidos en las dos principales categorías, con los ascensos y descensos producidos a raíz de la clasificación final de las diferentes competiciones desarrolladas principalmente en los meses de primavera y verano.

La buena noticia llegó, sin embargo, por parte de unas mujeres que no dejan de sorprender a los más veteranos del deporte autóctono, que ven cómo cada año hay más jugadoras, cuando hasta hace un par de temporadas la presencia de mujeres en las boleras era testimonial. Hasta la fecha, el número de inscritas es de 24, cuatro jugadoras más de las que comenzaron la temporada el año pasado y tomaron parte tanto en los campeonatos regionales como los nacionales organizados por la Federación Española de Bolos, en combinación con las deportistas de la vecina Galicia.

Este buen dato podría ser incluso más positivo en las próximas semanas, pues el comienzo de las competiciones está todavía lejano y desde las peñas esperan que puedan ser más las convencidas para lanzarse a participar. "Creemos que va a haber alguna alta más", indica Rocío Menéndez, una de las primeras jugadoras federadas y cabecilla del movimiento que llevó a la asociación de la especialidad a impulsar una liga individual con pruebas en todas las boleras federadas. "Fueron unas pruebas con éxito tanto de participación como de público", declaró la propia Menéndez a la hora de hacer balance de la campaña del año pasado.

Todo un logro para una modalidad que, al igual que otras arraigadas en las alas de la región, se enfrenta a varios problemas -como el paro y el consiguiente éxodo rural- para mantener los niveles de participación de años anteriores. Hecho que hace todavía más importante el papel de la inclusión de la mujer, pues la aparición de este segmento puede subsanar en gran medida las bajas obligadas en el apartado masculino de una disciplina que pelea con el bolo vaqueiro por la segunda posición en número de licencias en la región, con alrededor de unos doscientos federados en la actualidad.

Por todo ello, serán importantes los acuerdos que salgan en próximas reuniones para confeccionar el calendario deportivo del año, en el cual queda por ver el espacio que se da tanto a las pujantes mujeres como a las categorías inferiores, otro nicho que precisa de explotarse más a fondo para repoblar las boleras tinetenses de jugadores que marquen época como ya lo hacen campeones de la talla de Jovino Peláez o Manu Fernández.

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