Bajo el lema "Conviviendo con el cambio global" comenzaron ayer las segundas Jornadas de orgullo rural organizadas por la Escuela de Selvicultura del Instituto Concejo de Tineo. La idea de las jornadas es abordar los cambios económico, social y, sobre todo, climático en relación al mundo rural.

Sobre la mesa se pusieron los grandes problemas que afectan a los pueblos: la despoblación, el abandono de las zonas agrarias, el cambio de manejo y pérdida del conocimiento tradicional, y la falta de recursos. A todo ello se debe sumar aún la incidencia del cambio climático.

"Cada vez estamos viendo más efectos catastróficos, como huracanes e inundaciones, y nos tenemos que preparar para ver grandes incendios y la llegada de plagas a los bosques", advirtió Asunción Cámara, directora de la Escuela Politécnica de Mieres, en referencia al efecto que puede provocar en nuestros bosques el avance del cambio climático. Por ello aboga por la repoblación de los bosques, por ser "los grandes sumideros de dióxido de carbono".

"Hay que pensar en una actuación de restauración de las masas frondosas, tenemos unos bosques envejecidos con un problema de estancamiento de la capacidad de repoblación que son susceptibles de ser pasto de las llamas, de plagas o de enfermedades que podrían arrasarlas", subrayó Cámara.

En el ámbito de las propuestas que ayuden a frenar el cambio global, se presentó el proyecto europeo de Interreg "SOS Praderas", que pone el foco en la desaparición de los prados de siega de alta montaña y de su biodiversidad. Laura García de la Fuente, investigadora de la Universidad de Oviedo, explicó que el objetivo "es promover la gestión sostenible de los prados de siega, combinar ayudas para mantener manejos similares al tradicional e intentar producir semillas de praderas cantábricas para su venta".

En la inauguración de la jornada estuvo presente el director general de Montes, José Antonio Ferrera, quien defendió la necesidad de la selvicultura para luchar contra el cambio climático y reconoció que "nos ocupamos poco de cuidar nuestros montes". Ferrera insistió en que "a los árboles hay que cultivarlos, no solo plantarlos, y en ningún caso quemarlos; es una práctica de estúpidos y de una sociedad poco civilizada", sentenció.

Las jornadas se clausuran hoy con una mirada al emprendimiento en el mundo rural.