Valentín Álvarez es un arqueólogo entusiasta, especialista en arqueología del conflicto, que lidera el proyecto "Guardianes del Hierro", centrado en restaurar piezas de artillería en Luarca. Su trabajo permitirá que Valdés cuente con un atractivo turístico vinculado a la historia y al patrimonio defensivo.
- ¿Qué importancia tiene el proyecto "Guardianes de Hierro" para Asturias?
-"Guardianes de Hierro" parte de la realización, entre 2014 y 2015, del inventario de artillería histórica de Asturias. Éste supuso el punto de inflexión para la consideración de estas viejas armas como elementos patrimoniales. Su posterior inclusión dentro del inventario del patrimonio cultural de Asturias les proporcionó una protección legal como objetos históricos de la que hasta el momento habían carecido. Por todo ello, estas actividades convierten a nuestra comunidad autónoma en una pionera en España. Contar con esta catalogación inicial fue el paso fundamental para la puesta en marcha de proyectos más ambiciosos. Por ello, "Guardianes de Hierro" nació con la intención de ir más allá, pues pretende servir de modelo.
- ¿Y para Luarca?
-El proyecto no solo busca recuperar estos objetos singulares de la historia. Con su ejecución, se intenta establecer una línea de educación patrimonial. Es necesario concienciar a los vecinos sobre la importancia de proteger, valorar y conservar estos y otros vestigios de su pasado. Con ello, se quiere involucrar a la población local en la defensa y promoción de su patrimonio histórico. Por otro lado, la realización de este espacio museográfico en la zona de La Atalaya contribuirá a dinamizar este espacio tan singular. La apertura de la senda peatonal es una gran oportunidad para enlazar varios puntos de interés turístico-patrimonial que ofrece este lugar. Luarca es una población con un pasado muy interesante y con un buen número de restos materiales que está aún por dar a conocer. Con este proyecto, en definitiva, estamos intentando ampliar la oferta de recursos turísticos con los cuenta el concejo.
- Este proyecto se desarrollará por fases.
-La reorganización del tráfico rodado de la carretera del faro es una gran oportunidad para acometer la puesta en valor de La Atalaya. Situar las piezas de artillería en este espacio fue una decisión premeditada y consensuada con el actual gobierno. La segunda fase, en la que estamos trabajando, pretende restaurar y poner en valor los restos de la batería de artillería situada en las inmediaciones del faro. De esta construcción defensiva de los siglos XVII-XVIII aún se conservan varios elementos muy interesantes, como las troneras y los contrafuertes. Sin duda, éstos son de los mejores vestigios de este tipo de fortificaciones que aún sobreviven en la región. La ejecución de esta segunda fase dotará de coherencia a todo el circuito patrimonial y completará los contenidos expositivos de ambos elementos. De este modo, Luarca, a diferencia de otras poblaciones, podrá ofertar espacios museográficos interrelacionados donde se explique la evolución de las defensas costeras de época moderna a través de sus fortificaciones y sus piezas de artillería.
- ¿Por qué no se tuvieron en cuenta antes los cañones?
-En la última década la percepción de lo que era tanto la arqueología como el patrimonio cultural ha evolucionado de una manera notable en España en general, y en Asturias en particular. Hasta la realización del inventario de artillería histórica de Asturias se daba la paradoja de que mientras los cañones situados en contexto subacuático, como los de Bañugues o los de Oles, se encontraban protegidos legalmente, los localizados en tierra vivían en una situación de alegalidad. Hoy en día esa situación anómala ha cambiado. No obstante, es necesario comprender que la concepción "patrimonio cultural" es un proceso dinámico que responde a impulsos marcados por los intereses de la sociedad, los investigadores y la administración.
- ¿Qué importancia tienen en la historia?
-Son símbolos de un tiempo donde una batería artillera significaba poder contar con un elemento disuasorio ante los asaltos de flotillas enemigas o naves corsarias. Además, era una infraestructura portuaria más que demostraba la importancia de esa villa costera. Por otro lado, hay que destacar que fueron elementos singulares en el pasado y eso se refleja en la toponimia local. La playa del Cañón en Figueras, el barrio del Cañón en Coaña, el Pico del Cañón en Bustio y Os Cañóis en Tapia son ejemplos.
- ¿Por qué cree que la gente no es sensible a este tipo de piezas?
-No es una cuestión de falta de interés, sino de educación patrimonial. ¿Quién no se ha sacado nunca una foto junto a un cañón? El problema es que nadie se ha molestado en mostrar a la gente que una pieza de artillería es un objeto complejo que admite varias lecturas. Estas, además de ser unas poderosas armas de fuego, fueron la muestra más palpable del desarrollo tecnológico de los siglos XVII y XVIII. Las mejoras que se operaron en la artillería en esos siglos condicionaron la construcción de mejores embarcaciones y la evolución de las obras de fortificación. Por otro lado, estos cañones también eran grandes instrumentos de propaganda al servicio de sus propietarios. "Los cañones del rey" fueron el símbolo del poder de la monarquía, y con ellos se mostraba la ideología imperante y se manifestaba el interés del monarca por proteger a súbditos y territorios.
- ¿Qué deberían hacer los ayuntamientos y el Principado?
-Aplicar la legislación vigente. Si estas piezas de artillería son patrimonio cultural hay que tratarlas como tales. Por tanto, estos cañones tienen que estar controlados, almacenados y conservados.
