La Alcaldesa franquina, Cecilia Pérez, recordó ayer la "ilusión" y las "dudas" con las que se puso en marcha, hace una década, el centro rural de apoyo diurno (CRAD) de El Franco, el primero del Occidente. "Teníamos fe en que funcionara, pero no sabíamos lo que podría ser. Resultó un éxito inmediato y un complemento buenísimo para el servicio de ayuda a domicilio".

Los saben bien usuarios como Nilda Fernández, de 87 años y vecina de Miudes, que está encantada con el funcionamiento del centro. "Son muy buena gente y nos atienden muy bien", precisa esta mujer, que lleva casi diez años acudiendo al equipamiento, lo que la convierte en la usuaria más veterana. Una de sus compañeras, Margarita González, explica que el centro les da "tranquilidad": "Me quedé viuda hace trece años y vivir sola es muy triste. Aquí paso el día bien y estoy acompañada". Y es que, como incide la regidora, servicios como el CRAD permiten alargar la estancia independiente de las personas en el domicilio familiar, hasta que lo impide una dependencia mayor.

La instalación, que está completa con 20 usuarios y tiene lista de espera para entrar, alberga planes de mejora y crecimiento. "Estamos trabajando en un proyecto de ampliación, porque necesitamos más plazas. Ahora no tiene capacidad de crecimiento y es un servicio que puede crecer", precisa Pérez.

El CRAD franquino celebró ayer su fiesta de cumpleaños con la visita de la consejera de Servicios y Derechos Sociales, Pilar Varela, y de los usuarios del vecino CRAD de Tapia.

Varela considera que instalaciones como ésta son un ejemplo "de cómo funcionan los servicios sociales gracias a la alianza del Principado y los ayuntamientos", y también de cómo es posible "mejorar la vida de las personas mayores en nuestros municipios".