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Somiedo reclama a Madrid los restos del oso cavernario que se llevaron a analizar

La arqueóloga Ana Pinto, experta en úrsidos fósiles y con investigaciones activas en la zona, se pregunta "si no será más bien un oso pardo antiguo"

Somiedo reclama a Madrid los restos del oso cavernario que se llevaron a analizar

Somiedo busca el esqueleto del supuesto oso cavernario que el grupo de espeleólogos de Isidoro Raposo descubrió en Somiedo en la década de los noventa del siglo pasado. Se fueron a la capital española para ser investigados y nunca más han regresado, como explica el alcalde, Belarmino Fernández Fervienza, quien quiere darle a estos restos "un uso adecuado, allí o aquí, en el Centro de Interpretación del Parque".

El gobierno local sí tiene una sospecha: que los restos del plantígrado se encuentran en el laboratorio de arqueozoología de la facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma de Madrid, adonde fueron enviados para su investigación, tal y como les aseguraron. "Es lo último que sabemos ", afirma Marité Lana, directora del Museo Etnográfico de Somiedo, antes de que el regidor añada que también puede estar en el Museo de Ciencias Naturales de la capital española. Desde Somiedo pidieron información sobre la investigación del animal, cuya cabeza doblaría en volumen a la de un macho actual, pero sus ruegos no tuvieron éxito y las conclusiones del estudio tampoco llegaron nunca al concejo. Pese a todo, los somedanos sólo quieren que los restos estén en buen estado. "Lo importante es que esté conservado. Allí, formando parte de una investigación, o, si puede estar aquí, ¿por qué no?", plantea Lana.

La arqueóloga Ana Pinto es especialista en osos fósiles de Asturias (pardos y cavernarios) y además ha trabajado en la zona de Somiedo. Hace veintitrés años que comenzó su investigación en el pozo y cueva "H5-Sima de los Osos", en Saliencia. Esta cueva había sido descubierta y explorada en los primeros noventa por el grupo espeleológico suizo "Rouler Boulder" que preside Raposo, quien le enseñó el camino y el acceso a la cueva. "Entonces supe que, antes de que se me encargara el trabajo, de allí salieron muchas cajas de huesos de osos, si en préstamo o en donación lo desconozco", explica la investigadora, quien supo que parte se enviaron "a un profesor de Madrid y parte a un espeleólogo suizo para su laboratorio privado de arqueozoología. El espeleólogo suizo murió al año siguiente; yo escribí varias veces e intenté recuperar esa colección para Asturias", narra Pinto, quien no recibió el apoyo institucional que requería esta iniciativa y no ha tenido ocasión de estudiar esas colecciones.

A finales de los noventa dirigió allí algunas excavaciones en las que apenas recuperaron restos fragmentarios, sobre todo de huesos de oseznos muy jóvenes. Los resultados de esa investigación, que está en curso en la actualidad, se han difundido en varias publicaciones. Sobre el ejemplar en concreto que ahora reclaman los somedanos, la doctora no tiene noticias de que se haya encontrado un especimen de oso cavernario en Somiedo. "En las fechas en que se dice que se encontró yo investigaba ese tema allí. Pese a su parecido, el oso cavernario es un animal muy diferente del oso pardo; son primos lejanos, algo parecido a lo que pasa con el ser humano actual y los neandertales", explica la prehistoriadora. Los osos cavernarios asturianos son relativamente pequeños de tamaño, pero los osos pardos de hace miles de años a veces eran muy grandes", describe Pinto, quien se pregunta "si no será más bien un oso pardo antiguo". Sin estudiarlo no puede saberlo, pero le parece probable que ese sea el caso. "Si, por el contrario, se confirma que se trata de un oso cavernario, tendría mucho interés para completar la imagen que tenemos de la extensión geográfica, cronología, parentesco, dieta y otros aspectos del oso cavernario en la cornisa Cantábrica", apunta.

La arqueóloga, para quien "no importa tanto dónde estén" los restos como que estén "cuidados y accesibles a los investigadores", lamenta que "tradicionalmente se ha dado en Asturias muy poca importancia a los restos de oso pardo, sean éstos de oso pardo actual o de oso pardo fósil". En su trabajo tuvo más facilidades para encontrar huesos del oso cavernario que del pardo y opina que se deberían conservar también todos los restos de los osos pardos actuales que aparecen muertos cada poco.

"Creo que para Somiedo lo importante es el oso pardo, que lleva viviendo ahí decenas de miles de años", propone Pinto, interesada en saber cómo evolucionaron su demografía y su adaptación al medio "antes y después de la llegada del hombre moderno o de la agricultura. Es un espejo en el que mirarnos, que tenemos y no valoramos", concluye la investigadora.

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