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Tineo pueblo a pueblo

Villacín apuesta por la carne

La localidad, contra la tendencia del concejo a tener vacas de leche, posee varias ganaderías para las que no hay relevo generacional

Eladio Rodríguez y José Rodríguez, en la cuadra. D. ÁLVAREZ

Villacín es uno de los pueblos que se esconde tras uno de los muchos accesos que nacen de la carretera AS-217, que une Tineo con Pola de Allande. La localidad está formada por 10 casas, todas ellas habitadas, sumando en total una treintena de vecinos, entre los que no queda juventud.

La ganadería está presente en todas las casas del pueblo, pero al contrario que en la mayor parte del concejo, en Villacín se dedican a la producción de carne en lugar de leche. Se trata de ganaderías de entre 20 y 30 vacas en las que en principio no se prevé que pueda existir un relevo generacional para continuar más allá de los actuales ganaderos, que en la mayoría de los casos están contando los años que les faltan para llegar a la jubilación.

"No hay gente joven porque los precios hoy en día no compiten, lo que vendemos es más barato que hace unos años y, sin embargo, lo que tenemos que comprar no para de aumentar de precio", lamenta José Rodríguez. Además, los vecinos se quejan de los daños que provoca la fauna salvaje, lo que aseguran que desmoraliza para continuar adelante. "Aquí tuvimos que parar de sembrar maíz por culpa del jabalí, porque el pago de los daños no compensa la pérdida", aseguran.

Lo que sí ha mejorado la permanencia en el pueblo de los ganaderos es la concentración parcelaria que se terminó hace cuatro años. "Fue lo mejor que le pudo pasar al pueblo, nos arreglaron los caminos y la carretera", explica Conchi Rodríguez. Una opinión que comparten otros vecinos como Eladio Rodríguez, que asegura que de continuar como antes de la concentración "la vida sería imposible aquí".

Lo más valorado de la obra son los caminos de accesos a las fincas, que en el caso de Villacín les permiten llegar al pueblo de Gera, donde hay un consultorio periférico, una farmacia y algún bar-tienda, sin tener que hacer el rodeo por la carretera general.

Años atrás, el cambio sustancial que modificó la vida en la localidad tinetense fue la creación de la pista de acceso desde la carretera general. "Fueron los propios vecinos los que trabajaron en ella y tuvieron que pagar parte de los costes", recuerdan.

La fuente del pueblo también se reformó hace unos años y los lugareños se muestran orgullosos de mantenerla haciendo uso de ella a diario, porque a pesar de que el agua del grifo de sus casas es buena para beber, prefieren ir a buscarla fresca directamente del caño de la fuente.

También hay una capilla, aunque carecen de escuela. A principios del siglo XX los entonces vecinos se reunieron para acordar la construcción de uno de los dos edificios y la mayoría votó por construir una pequeña capilla que data de 1906 y que en la actualidad necesitaría una reforma. Dedicada a Santa Bárbara, hace décadas que se perdió la tradición de celebrar la fiesta. La escuela se quedó en Mirallo de Arriba y muchos de los actuales vecinos recuerdan como tenían que ir caminando varias veces al día.

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