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ALFONSO POLVORINOS | Biólogo, miembro de la Sociedad Internacional de Ecoturismo

"El valle del Navia tiene una tranquilidad que el resto de Asturias ya ha perdido"

"Hay recursos etnográficos y culturales que añadir al paisaje para que la gente no sólo venga de paso, sino que se quede varios días"

Alfonso Polvorinos, en Boal. G. GARCÍA

El biólogo, escritor y fotógrafo Alfonso Polvorinos es un ferviente defensor del ecoturismo, la forma de viajar sostenible y respetuosa con el medio ambiente y con la población receptora. "Es el turismo de la biodiversidad bajo el prisma de la conservación", incide. Polvorinos, que dirige "elecoturista.com", también es escritor y guía de viajes, y se confiesa afortunado por poder recorrer los parques y reservas más impresionantes del planeta en busca de las experiencias que la naturaleza ofrece. El pasado sábado participó en Boal en las primeras jornadas de desarrollo rural y turismo ligadas a los embalses de la cuenca del Navia, donde dejó ejemplos de algunas iniciativas novedosas, respetuosas con el medio ambiente y muy atractivas, que pueden ser adaptadas en la zona para crear un producto turístico que atrape al visitante.

- ¿Es aplicable el ecoturismo al valle del Navia?

-Sin duda. Aquí la columna vertebral del territorio es el río y los embalses asociados, pero no sólo eso. Se puede ligar y montar un producto ecoturístico a base de ir sumando los recursos naturales, los recursos etnográficos, culturales, para desplegar un producto turístico con suficiente tirón como para que la gente no solamente no venga de paso, sino que se quede varios días. Creo que hay material como para ello.

- La comarca occidental es la que menos turistas recibe de Asturias. ¿Esto es positivo o negativo?

-Es cierto que la comarca tiene algo que no tiene el resto de Asturias. lo tenía pero ya no lo tiene. Y es la tranquilidad. Creo que el haber quedado un poco de lado, el Occidente en general y esta parte de la cuenca del Navia en particular, ahora corre a su favor. Es una ventaja poder tener esa tranquilidad, y está todo por desarrollar.

- ¿Qué tiene esta comarca de especial para poder atraer al turista?

-Tiene un río que se llama Navia, y una serie de embalses con sus características especiales. Y el que quiera ver eso tendrá que venir aquí, y no a otro sitio. Si va a otro lugar, verá otras cosas. Ese es el valor añadido y el punto fuerte que hay que explotar. Hay que empezar por creerse lo que uno tiene, que en este caso no es nada utópico: hay mucho mimbre para hacer buenos cestos. Existe ese potencial, y la tranquilidad de la que hablaba, que en otros lugares, con la llegada masiva de turistas, ya se ha perdido.

- Habla de otros recursos que se pueden sumar al atractivo del río.

-Sí, pueden ser la gastronomía, la arqueología, los bosques, la naturaleza, las sierras. Hay mucho para montar productos que engloben trocitos de todo esto que hay.

- ¿Cómo de importante es la implicación de la población de la zona?

-Resulta vital. Al final el que tiene que montar ese producto, el que tiene que atenderlo y dar ese servicio es la población local, los vecinos que viven aquí. Al fin y al cabo, se trata de que el turismo sea un motor de dinamización del entorno. Y en el caso del turismo de naturaleza, y ya no sólo de este tipo, sino de cualquiera, es necesario que tenga ese carácter sostenible. Eso pasa sí o sí por contar con la población local.

- ¿Puede ser el turismo la actividad que ayude a fijar y rejuvenecer la población?

-Puede llegar a ser muy importante. Y además, los jóvenes, tienen una ventaja frente a la población mayor. Y es que son digitales. En ese mundo ya no existen fronteras. Ya no estoy en el Occidente, ni aislado. Hay una cosa que se llama internet, que no es el futuro, que es el presente. Está ahora mismo llegando la industria 4.0, con la realidad aumentada, la realidad virtual, los códigos QR, y todo lo que tiene que ver con las nuevas tecnologías y el ser digital. La gente joven está muy familiarizada con ello, y es un aspecto básico a incluir en cualquiera de esos productos que se desarrollen en la cuenca del Navia.

- ¿Qué papel deben jugar las administraciones en el desarrollo de este tipo de turismo?

-Al final, se trata de apoyar iniciativas, y en la medida en que se pueda, ayudar económicamente esos impulsos. Esos empujoncitos se agradecen, sobre todo en los inicios, cuando es más complicado sacar las ideas adelante. Ahora la zona se encuentra en ese punto de partida casi de cero, con esos valores añadidos que no tienen otros territorios, y desde el principio se puede llegar a grandes cosas, sin duda.

- ¿Qué le parecieron las jornadas celebradas en Boal?

-Me parecen no sólo necesarias, sino imprescindibles. Es lo que hace que la gente local, en cualquier sitio, tenga una bocanada de aire fresco, reciba ideas llegadas desde el exterior, vea lo que se cuece y lo que se respira por otros sitios. Son jornadas en los que se abre la mente, y aunque al final de un día de charlas te quedes con sólo una idea, ya está justificado. Con eso se encuentra el hilo del que tirar para crearse un futuro. No es posible, obviamente, abarcar aspectos muy amplios, pero pueden suponer el inicio de otras jornadas, de otras actividades, de otros sectores o ámbitos. Iniciativas como ésta debería haberlas casi casi cada mes. Ojalá sea el primer paso de muchos.

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