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Mónica Rodríguez: "En un año se ahogaron casi 500 niños en el mar y no hemos hecho nada"

La escritora ovetense aprovechó su libro "Alma y la isla" para concienciar en Castropol sobre el drama de la emigración

Arriba, la escritora recibe la estatuilla del Foro de manos del alumno Adolfo Romero y, sobre estas líneas, la autora firmando sus libros. T. CASCUDO

La ovetense Mónica Rodríguez habló ayer en Castropol sobre su libro "Alma y la isla", que no sólo le valió para ganar el premio "Anaya" 2015 de literatura infantil y juvenil, sino también para concienciar a los chavales sobre "la realidad terrible" de la emigración: "De septiembre de 2015 a septiembre de 2016 casi 500 niños murieron ahogados en el Mediterráneo, tantos como cuatro colegios enteros como el de La Paloma. Es una cifra terrible y no hemos hecho nada".

Rodríguez, que estudió Ciencias Físicas y ya ha publicado más de treinta libros, narró a los escolares de los colegios La Paloma, de Castropol, y de los veigueños Ría del Eo y Jovellanos que "necesitaba escribir" esta novela, en la que cuenta el viaje de una niña etíope que logra llegar a Europa. "Hay pasajes que escribí llorando porque los escritores nos tenemos que meter en la piel de los personajes y el viaje de Alma fue terriblemente duro. Tuve que leer muchos testimonios de niños que hicieron esos viajes en los que pierden absolutamente todo para tener una vida como la nuestra".

La autora inició su intervención en este acto del Foro Comunicación y Escuela del instituto veigueño Elisa y Luis Villamil, agradeciendo a los escolares que leyeran su trabajo: "Leer es algo difícil, es un acto creativo en el que tenemos que participar. Este libro no es fácil de leer porque trata temas duros, pero espero que os haya compensado".

Los chavales le formularon numerosas cuestiones, como por ejemplo cómo decidió hacerse escritora tras estudiar Ciencias Físicas. "Esa separación de ciencias y letras es artificial. Somos más completos y complejos y nos puede interesar todo", apuntó, al tiempo que confesó: "nunca dejé de leer y escribir". En este sentido, indicó que "no puede existir un gran escritor que no sea primero un gran lector".

Contó también que una de la personas que más la influyeron a la hora de dedicarse por completo a la escritura fue Gonzalo Moure, que es además uno de los primeros en leer sus nuevos trabajos: "Si tengo algo bueno en la escritura se lo debo a Gonzalo".

La ovetense explicó a los niños que una de las ventajas de ser escritor es que "te permite ver la vida con otros ojos y adentrarte en otras almas". De pequeña quiso ser muchas cosas, pero ahora tiene claro que lo suyo es la escritura.

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