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Cangas asegura que trabaja en la "legalización" de la nave del matadero

El PP critica que el gobierno local no tiene planificación para el complejo y que los problemas se limitan "a no más de 10 metros cuadrados"

Nave construida para acoger el matadero en el polígono de Tebongo, Cangas del Narcea. D. ÁLVAREZ

El proyecto del matadero de Cangas del Narcea está atascado por problemas administrativos, pero la intención de la administración local es culminarlo cuanto antes y sacar a concesión la gestión. Eso asegura el Alcalde, el socialista José Víctor Rodríguez, que rechaza la idea que traslada el PP de que el PSOE no tiene interés en el proyecto, impulsado durante el mandato de los populares.

Los cangueses esperan desde hace casi tres décadas la apertura de un nuevo matadero en el concejo, después de que el existente se cerrara por no cumplir con la normativa sanitaria. Aunque ahora se puede ver en el polígono industrial de Tebongo una nave construida para acoger el complejo, su puesta en funcionamiento aún se hará esperar, según el Ayuntamiento "porque el gobierno del PP no siguió el proyecto que se había presentado y está ilegal".

Los trabajos en la parcela del polígono de Tebongo donde se levanta la nave destinada al complejo agroalimentario terminaron en el verano de 2015, dando por concluida la primera fase del proyecto que se desarrolló con un presupuesto de 849.748,71 euros. Y eso fue todo. La obra se paró.

Según el regidor, lo que está provocando el retraso son "los problemas administrativos derivados de la anterior corporación". En concreto, se ha detectado que el edificio no cumple la alineación de rasante, es decir, que es unos metros más grande de lo que debería y que "no se siguió el proyecto tal y como estaba redactado". De este modo, el Ayuntamiento está trabajando para legalizar el expediente y poder proceder a la certificación y el pago de la obra. Para ello han realizado una consulta a la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio del Principado (CUOTA) para "solicitarles un informe en el que nos digan si la obra es legalizable, algo que creemos que sí es posible, y sobre todo lo mejor para las arcas municipales, antes de tener que derribar".

Una vez finalizado este proceso, los planes del actual equipo de gobierno son proceder al pago, ya que la obra se está realizando con financiación municipal, y "sacar a licitación la concesión de la nave para que una empresa agroalimentaria se haga cargo de su puesta en funcionamiento", apunta Rodríguez.

Para el portavoz popular, José Luis Fontaniella, impulsor del proyecto cuando estaba en la alcaldía, la justificación del regidor es "una excusa para no sacar adelante el matadero, para el que no tiene una planificación", subraya. Fontaniella asegura que los problemas a los que se refiere el alcalde socialista "no son más que 10 metros cuadrados" y añade que "el trámite administrativo ya fue informado favorablemente a principios del año 2016".

Por ello, considera "lamentable" que se esté hablando incluso de derribar una parte de la construcción "cuando estamos viendo que para mantener el pacto con IU no se ha tirado una casa que está ilegal" o que se proponga la ampliación y reforma en el recinto ferial de La Imera "antes que invertir dinero en la puesta en marcha del matadero".

Para sacar adelante la obra del complejo agroalimentario de Tebongo, el gobierno del popular Fontaniella contó con el respaldo del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, con el que firmó un convenio de colaboración por el que se ponía a disposición del Ayuntamiento a la empresa pública Tragsa para ejecutar el macelo y se facilitaba el pago en tres anualidades.

Dentro del proyecto pensado por el PP faltaría una segunda fase que consistiría en la adecuación interior de la nave, algo para lo que se barajaba una inversión de alrededor de 800.000 euros. En ella se tendría que abordar el saneamiento y la instalación eléctrica, además de la adecuación de los espacios. En total, el edificio cuenta con unos 1.468 metros cuadrados que estaban pensados para ser repartidos en cuatro zonas: los corrales, tres líneas de sacrificio, una sala de despiece y las cámaras frigoríficas. Además, se dedicaría un espacio para acoger las oficinas y los vestuarios, e incluso se preveía una zona auxiliar que podría dedicarse a tienda o bar.

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