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Tineo pueblo a pueblo

Villaluz pone su sello en el Camino de Santiago

Sólo los peregrinos alteran la tranquilidad de la localidad, que pide a la Administración que promueva los negocios en el ámbito rural

Emilio Álvarez, junto a una de las señales que indican el Camino. D. Á.

La llegada al pueblo tinetense de Villaluz por el Camino de Santiago es de las que sorprende al peregrino por transcurrir a la sombra de un frondoso arbolado. Algo de lo que también presumen sus vecinos, que tienen un sello propio para estampar en las credenciales de los caminantes.

Jovino Rodríguez es el depositario del sello de la asociación de amigos del Camino de Santiago Astur-Galaico del Interior, en el que aparece el nombre del pueblo, pero su labor altruista con los peregrinos va más allá de sellar credenciales, ya que muestra su hospitalidad y ofrece su ayuda a todo el que lo necesite. "Les da de comer e incluso alguno se quedó a dormir en su casa", explica Manuel Fernández de su vecino, que prefiere quitarle importancia a sus actos y asegura que "la gente que viene es muy agradable y educada y puedo decir que tengo amigos en todo el mundo gracias al Camino".

Las anécdotas e historias de Jovino Rodríguez con los caminantes son numerosas. Desde haber tenido que llevar alguno al médico hasta atenderlos en su propia casa o permitirles asistir al parto de alguna de sus vacas e incluso participar en el proceso.

El Camino se convierte así en un soplo de aire fresco que reaviva una zona rural cada vez más despoblada. "Los peregrinos nos dicen que desde que emprenden la ruta en Tineo no se encuentran con nadie y tienen razón, porque cada vez queda menos gente por estos pueblos", apunta Rodríguez.

En el caso de Villaluz, ya hay varias de sus 16 casas deshabitadas y los vecinos aseguran que en la mayoría solo quedan una o dos personas. "Una pena, porque estamos en un pueblo que tiene una extensión muy grande de terreno, gran parte de él llano y bueno de trabajar", lamenta Fernández.

Cinco explotaciones

La ganadería fue siempre la principal actividad económica de la localidad. Cinco explotaciones se mantienen aún activas, pero "no hay perspectivas de futuro, en 10 años se prevé que queden solo dos", calculan los lugareños por la falta de juventud en el pueblo. Las razones no son fáciles de encontrar, aunque creen que existe falta de apoyo al mundo rural por parte de las administraciones. "No se promueve que la gente se quede y se instale en el pueblo; no necesariamente con una ganadería de vacas, hay muchas otras cosas que podrían tener futuro como invernaderos, granjas de gallinas... pero no se facilita la comercialización de los productos", expone Rodríguez.

Los de Villaluz reconocen que el Camino de Santiago podría ser un impulsor de nuevos negocios, pero para ello vuelven a recordar que se necesitaría gente joven. "Pasan muchas personas y preguntan si hay bar para comer o tomarse un café, y lo único que tenemos es una pequeña área recreativa que muchos utilizan para descansar y comer el bocadillo", explica Emilio Álvarez.

Junto a esa área, creada en 2005, se encuentra una fuente pública con lavadero remodelada en el mismo año, que sin embargo hoy en día apenas tiene potencia de agua y muchas veces incluso está seca. Algo que a los vecinos les gustaría que el Ayuntamiento revisase por el servicio que da a los peregrinos, que muchas veces tienen que acudir a las casas particulares para rellenar sus cantimploras.

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