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Cerredo ahonda en su pasado romano

La asociación "Entremís" acerca a los más jóvenes la Historia de la localidad con la ayuda de los relatos creados por Pedro Villanueva

Por la izquierda, Házael González, Marián Abello y Pedro Villanueva, con los escolares de Primaria de Cerredo. D. Á.

El escritor Pedro Villanueva, miembro de la asociación cultura "Entremís" de Cerredo, vuelve a hacer viajar en el tiempo a sus jóvenes protagonistas Daniel y Lucía en su nueva historia dedicada a la época de los romanos y que lleva por título "La huella de Roma". Con el objetivo de acercar la Historia y las culturas antiguas a niños y adolescentes, Villanueva da continuidad a su primer libro, "El Principio", en el que retrocedía hasta la época del Neolítico del concejo degañés.

El argumento del nuevo libro comienza con la visita de los protagonistas al castro de Degaña donde se trasladan en el tiempo al año 70 después de Cristo, a la explotación aurífera de Las Médulas (León). A través del viaje de los personajes, los jóvenes lectores conocerán las minas de oro romanas y su forma de trabajarlas, así como también la organización de las casas romanas "domus", y cosas tan cotidianas como la comida.

Pedro Villanueva, acompañado por otro escritor también de Cerredo, Házael González, y por la presidenta de la asociación, Marián Abello, visitó ayer el colegio José María Suárez de Cerredo para mostrar a los escolares el pasado romano de su concejo y las posibilidades literarias que ofrece.

"Nuestra intención es mostrar a los jóvenes todo lo que hay en la zona, para que conozcan el lugar en el que viven y cómo vivió la gente de las diferentes culturas que pasaron por aquí", explica Marián Abello.

Para ello mostraron a los jóvenes algunos de los hallazgos romanos encontrados en la localidad y los vestigios de la explotación aurífera que se pueden apreciar a simple vista en sus montes, en los que les enseñaron a ver las antiguas canalizaciones de agua. Además, les trasladaron datos tan curiosos como que el oro que se extraía en sus montañas iba directamente a Roma, donde se encontraron monedas cuyo oro provenía del suroccidente asturiano.

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