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El mejor potaje, con embutido casero

"Hay que tener buenos ingredientes y fuerza de voluntad y poner cariño", aseguran las ganadoras del concurso de pote de Navelgas

Utilizar ingredientes de la máxima calidad es la clave para conseguir un potaje de 10, que sea merecedor de ser premiado en el concurso que se dedica a este plato desde hace 15 años en Navelgas (Tineo). Las ganadoras del certamen creen que la combinación perfecta para alcanzar el éxito la forman un compango casero, elaborado de forma artesanal, y hortalizas de la huerta.

"No hay secreto, hay que tener fuerza de voluntad y poner cariño en lo que haces", apunta Teresa Fernández, cuyo potaje fue considerado el mejor por el jurado popular que probó los 19 platos presentados al certamen. Una fórmula a la que su compañera Azucena Feito, ganadora del mejor potaje votado por el jurado profesional, no tardó en añadirle un apartado más para completarla: "También es muy importante un buen compango, un embutido hecho en casa".

Ambas coinciden en que sus potes eran contundentes. Llevaban un par de chorizos o tres, dos morcillas y unos buenos trozos de lacón y tocino, además de las berzas, las patatas y las fabas pintas de sus huertas. A partir de ahí es con el cocinado con el que se tiene que conseguir que el aspecto del plato "sea coloradín", que haya carne y que se note la berza, la patata y las fabas.

Para lograrlo, Teresa Fernández asegura que lo primero es darle un arranque fuerte al potaje para luego dejarlo hervir suavemente. Sin embargo, el truco de Azucena Feito está en cocinarlo muy lentamente desde un principio: "Hay que darle tiempo para que los ingredientes penetren unos en otros". En total calculan que en torno a unas dos horas y media es el tiempo que se necesita para conseguir un buen pote.

A pesar de ser las ganadoras, no dudan en decir que todos los potajes que se presentaron "estaban muy parecidos de apariencia", lo que para ellas demuestra el buen nivel que hay en el certamen y el cariño que los cocineros ponen en su elaboración para llevarla ante los jurados y visitantes. La mayoría son veteranas de la cita que, como ellas, intentan no perdérsela nunca, ganen o no.

En los quince años que se lleva celebrando el certamen, ambas aseguran que solo se han perdido una edición y por causa de fuerza mayor. Son asiduas al concurso y eso les ha reportado en muchas ocasiones llevarse a casa el primer premio, que este año consistió en una cesta de productos de alimentación de empresas de la zona y un trofeo en forma de cacillo.

"Un día muy guapo"

No obstante, aseguran que su objetivo cuando se apuntan al concurso no es ganar, y de hecho ninguna de las dos contaba con llevarse el galardón este año. "Hay que participar en todo lo que se organiza en el pueblo y esperamos tener salud para poder repetir el año que viene", aseguran las dos, que coinciden en resaltar que se trata de un encuentro muy entrañable al que asiste gente de diferentes sitios y anima la vida en Navelgas. "Es un día muy guapo. Aunque cansamos de estar tantas horas de pie, me presta mucho estar ahí y hablar con la gente", apunta Azucena Feito.

Lo que echan de menos es ver más juventud que se anime a participar. "Este año éramos más concursantes, 19, pero es una pena ver que los jóvenes ya no hacen potajes", lamentan. Además, recuerdan que hace años acudían a la cita cocineros de pueblos vecinos como Miño, Yerbo o Muñalén: "tenían que animarse de nuevo porque cuantos más seamos mejor; sólo por la ilusión de preparalo y de estar ahí el día del concurso echando unas risas ya merece la pena", aseguran.

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