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Vida independiente en La Caridad

Cuatro jóvenes con discapacidad participan en un proyecto piloto de la Fundación Edes que les enseña a emanciparse

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El franquino Miguel Ángel López pudo el pasado noviembre cumplir su sueño de emanciparse. Es uno de los cuatro jóvenes que participan en el proyecto piloto de vivienda compartida que impulsa la Fundación Edes y que dirige a personas con discapacidad de la comarca. Tras los seis primeros meses de andadura, el balance no puede ser más positivo: "Estamos contentos. La experiencia sirve para demostrar que dando oportunidades y dedicando tiempo, todo es posible", precisa Jorge López, responsable del programa de Participación, ocio y tiempo libre de Edes.

Se trata de un proyecto piloto, novedoso en el Occidente y, en general, en la zona rural. La experiencia no se plantea como algo permanente, sino que es un plan a dos años para que los jóvenes adquieran los conocimientos y habilidades necesarios para aprender a vivir solos en el futuro. "Es un piso de aprendizaje", apunta López.

Miguel Ángel comparte esta aventura con el naviego Rubén Gutiérrez, la franquina Gloria Fernández y la boalesa Nazaret Martínez. Mientras que Miguel Ángel y Rubén se lanzaron de cabeza al proyecto, a Nazaret y a Gloria les costó más y confiesan sus miedos y dudas iniciales. Sin embargo, ahora todos están encantados y orgullosos de este paso hacia la independencia. Incluso sus familias, que recibieron el proyecto con una mezcla de ilusión y temor, están sorprendidas y satisfechas por los buenos resultados.

"Lo mejor es poder hacer lo que queramos, dentro de los horarios fijados", explica Rubén, que es, a sus 36 años, el mayor del grupo. Los cuatro jóvenes, todos ligados a la entidad, con empleo o en proceso de formación para incorporarse al mercado laboral, viven en compañía de una persona voluntaria, Ismael Freire, que les apoya en el día a día. Este educador social de 26 años dice que aunque le toca ejercer de guía, desde el principio ha intentado ser uno más del grupo. Aunque el proyecto continúa, Freire cierra su etapa como voluntario el próximo mes de junio. Se va orgulloso de los logros y del aprendizaje adquirido en este tiempo: "Me ha hecho evolucionar como persona y he aprendido mucho".

Avances notables

Tanto Freire como Jorge López aseguran que los avances son notables: "Puede haber dificultades en cuanto a hacer una tarea mejor o peor, pero todas están súper adquiridas. Saben lo que tienen que hacer y no hay ni qué decirlo". En general, reconoce Freire, lo que más les ha costado a todos es defenderse con soltura y de manera autónoma en la cocina.

Además de ayudarles a elaborar un plan de tareas semanal (viven en el piso desde el domingo por la noche al viernes por la mañana, aunque a partir de ahora tendrán la opción de quedarse el fin de semana), que incluye desde hacer la compra a la limpieza, se les guía a la hora de planificar su tiempo de ocio.

El proyecto ha sido posible gracias a la implicación del Principado. No en vano, la entidad pública Vipasa ha cedido durante dos años dos pisos de su propiedad en el centro de La Caridad. La Alcaldesa franquina, Cecilia Pérez, que ayer les visitó, fue una de las más firmes defensoras de la idea desde que la conoció hace más de dos años: "Me ilusionó y estaba convencida de que iba a ser un éxito".

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