Los furtivos cántabros del percebe se están ensañando con la costa tapiega. En la madrugada de ayer, solo veinte días después de su última incursión en la villa, volvieron a saquear el preciado crustáceo de la mejor zona del concejo, Las Percebosas. La Guardia Civil, que mantuvo abierta la operación durante todo el día de ayer, ha vuelto a liderar esta actuación, que casualmente se registra pocas horas después de que el Principado anunciara la creación de un grupo especial contra la captura furtiva.

El presidente de la gestora que dirige la Cofradía de Tapia, Rodrigo Maseda, aplaudió la actuación llevada a cabo la Guardia Civil: "Se están portando". Eso sí, este pescador lamenta la situación que vive el sector, ya que se trata del segundo ataque en menos de un mes a Las Percebosas, donde se localiza el mejor percebe, reservado para la campaña de Navidad. "Como sigan así van a acabar con todo", añade.

La operación comenzó en torno a las cuatro de la madrugada de ayer cuando los agentes de la Benemérita localizaron a los tres furtivos en plena faena. Se da la casualidad de que uno de los hombres, con numerosos antecedentes en la materia, ya protagonizó la última operación desarrollada en Tapia a mediados de mayo cuando la Guardia Civil localizó a tres hombres tras extraer 48 kilos de Las Percebosas.

Inicialmente, los agentes les decomisaron una bolsa con unos 28 kilos de percebe, pero la Guardia Civil sospechó desde el primer momento que pudiera haber más producto fondeado, de ahí que la operación se mantuviera abierta durante más tiempo de lo habitual en estos casos. Los agentes vieron unas botellas vacías en el agua, a modo de boya, que podrían indicar la presencia de alguna bolsa escondida y pidieron la colaboración de los mariscadores para rastrear la zona. Se realizaron inmersiones durante la mañana y la tarde con escaso éxito.

"O no damos con ello o es que realmente no había más", reconocían, tras la infructuosa búsqueda. La localización de más material es clave de cara a aumentar la gravedad de la pena impuesta a los furtivos, de ahí el interés por dar con todo el material extraído.

El modus operandi de los cántabros fue igual en sus dos incursiones en Las Percebosas, una zona ubicada tras el faro de Tapia e integrada por dos piedras. Los hombres accedieron a pie desde el barrio de San Sebastián, bajaron por un angosto camino de pescadores y después salvaron a nado la distancia de alrededor de 400 metros hasta Las Percebosas. Una vez en tierra, se cambiaron de ropa detrás de la capilla de San Sebastián con la intención de huir en coche. En esta ocasión, los agentes de la Benemérita los localizaron en este punto y les confiscaron todo el material de trabajo.

En el operativo colaboraron diferentes patrullas de la Guardia Civil de Tapia, La Caridad y Navia, además del Equipo de Investigación de Compañía, agentes del Servicio de Inspección y Vigilancia Pesquera del Principado, el guardapesca y mariscadores de la Cofradía tapiega. "Todo el mundo está volcado", apuntaron los pescadores.