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El consultorio de Boal se queda pequeño y es inaccesible para gente con escasa movilidad

Los sanitarios denuncian la falta de espacio para las consultas y de una sala para guardias Los usuarios, indignados con la rampa de acceso

Hilda González ayuda a su madre a acceder al centro de salud de Boal. G. GARCÍA

La necesidad de actuar con urgencia para mejorar el consultorio local de Boal es ya un clamor entre la población del concejo. Los vecinos se muestran indignados con la situación actual. Una pronunciada rampa de acceso supone un obstáculo, sobre todo para las personas mayores y las que sufren dificultades en la movilidad. Los profesionales sanitarios que desempeñan su labor en el centro también se alinean con esa petición, reclamando más espacio para las consultas, un lugar adecuado en el que pasar las guardias y mayor capacidad para prestar un servicio de calidad.

Son las once de la mañana de un día laborable, y la rampa que da acceso al centro de salud de Boal se ha llenado de coches. Todos suben hasta la puerta del consultorio para dejar a los usuarios en la instalación. A pie no pueden subir. Hasta se forma un pequeño atasco. Un policía local acude al auxilio, y retira un vehículo para que otro pueda subir. Es lo normal, dicen los vecinos.

Uno de esos vehículos es el de Hilda González, que acude con su madre María, de 86 años, a pasar consulta. "Tengo que subir con mis padres hasta la misma puerta, porque ellos no pueden por sus medios. Se fatigan. Están delicados, y es imposible", lamenta esta vecina de Castrillón, que califica la situación como "una vergüenza". "Es lo último, no se ve en ningún sitio más que aquí", asegura.

Explica González que, en muchas ocasiones, tiene que ocupar el lugar habilitado para las ambulancias, porque no cabe otra opción. "Acabas estorbando, porque no te queda otra. Es horrible", dice, apuntando por último que "se debe tener más atendida a la gente mayor".

Mari Méndez vive en la plaza del centro de Boal, a escasos doscientos metros del consultorio de salud. Pero cada vez que precisa de ver a su médico, tiene que pedir un taxi. Uno le espera en la puerta. Ella no puede acceder al edificio por su propio pie a causa de su estado de salud. "Los únicos sitios del pueblo a los que no puedo ir caminando son el centro de salud y el cementerio", subraya. Es por eso que pide que se busque una solución "con rapidez" para dar una mejor ubicación y mejor acceso a este servicio. "Está fatal. Hay coches que no quieren subir; y es peligroso. Hace poco una mujer se tropezó bajando y se cayó", relata Mari.

Miguel Pérez también sabe lo que es sufrir esta cuesta. Lo pasó cuando tuvo un problema de movilidad, y tuvo que utilizar muletas. "Es muy trabajoso. Imposible. Cuesta un trabajo enorme", describe. Además, es consciente del problema con los taxistas y las guardias: "Muchas veces el coche no llega hasta la misma puerta, es un desastre", dice.

El personal sanitario también reclama medidas urgentes para mejorar este consultorio, del que dicen, "es el único de todo el área I sin reformar". Dicen que todo está metido "a calzador" y que el espacio brilla por su ausencia. Piden consultas de mayor tamaño, en el que sea posible una confidencialidad del paciente, así como albergar aparatos de gran tamaño para realizar determinadas pruebas. También lamentan que no exista una habitación específica para que los profesionales pasen las noches de guardia, y tan solo se disponga de un sofá cama.

Desde el Consistorio local, el regidor, José Antonio Barrientos, ya había manifestado su apoyo a esta petición vecinal, explicando que en los últimos años se habían establecido otras prioridades para el pueblo antes que remodelar o reubicar el centro de salud. De todas formas, aseguró que sí que se trabaja para lograr un mejor acceso al centro.

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