"La literatura surge de la necesidad que tenemos todos, desde que nacemos, de contar y de que nos cuenten". Con esta frase inició el escritor Fulgencio Argüelles su coloquio con los alumnos del Instituto Galileo Galilei de Navia, a los que insistió mucho sobre la necesidad de leer, escuchar y, al mismo tiempo, crear en cualquier ámbito, para "crecer y avanzar hacia la sabiduría". Argüelles fue el protagonista de la primera actividad que, en todas sus ediciones, celebra el Foro Comunicación y Escuela de Vegadeo en suelo naviego.

El autor se vio con los alumnos de cuarto curso de Secundaria, que habían leído previamente su obra "El palacio azul de los ingenieros belgas", una novela ambientada en los años previos a la Guerra Civil, basada en una idea: "Tomé una premisa de la psicología, que dice que es posible, y saludable, vivir sin rencor. Construí así un personaje incapaz de sentir rencor, en una época en que ese sentimiento estaba a flor de piel", reseñó el escritor asturiano. Los jóvenes, a tenor del gran interés que demostrado durante el coloquio, disfrutaron, se sorprendieron y sintieron curiosidad durante su lectura.

Fulgencio Argüelles no quiso dejar escapar la oportunidad para subrayar que contar y escuchar "son necesidades del ser humano", y que "en cada historia que se escribe está la respuesta a todos los libros que el autor ha leído". También puso énfasis en los beneficios de la lectura: "Entretiene, informa y, además, es la única forma de ganar en capacidad comunicativa", una cualidad, señaló, muy demandada en las entrevistas de trabajo. "Podéis tener un gran currículo, pero si no sois capaces de expresar intereses o ideas no lograréis el puesto de trabajo", afirmó.

Además, y a tenor de los sucesos que narra la novela, Argëlles declaró que aunque se ha avanzado en el aspecto de la igualdad de género, aún está pendiente "una revolución de la mujer, en la que vosotras, las mujeres, debéis ser las protagonistas", apuntó. Por último, dejó una reflexión sobre la importancia de "valorar a la gente por sus obras", y no seguir a aquellos "que se hacen famosos sin saber hacer nada".