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Los grupos de desarrollo rural de Asturias, ejemplo en Colombia

"Es un territorio con un gran potencial", dice el gerente del Navia-Porcía sobre la región de Antioquia, que busca mejorar la participación de los productores

Germán Campal, el segundo por la derecha, junto con algunos de los productores colombianos de la región de Antioquia. REPRODUCCIÓN DE G.G.

"Es una zona con un gran potencial, donde se entiende el desarrollo rural con una alta participación social". Así define Germán Campal, gerente del grupo de desarrollo del Navia-Porcía, la región de Antioquia, uno de los departamentos que forman Colombia, y que tiene en Medellín su capital. Campal acaba de regresar de aquella tierra, eminentemente rural, en la que ha estado trabajando para mejorar la implicación de los productores locales en la toma de decisiones sobre las inversiones que se realizan en el territorio. "Ha sido una intensa semana de trabajo", resume.

El técnico asturiano participa en un programa de intercambio de conocimientos con el país sudamericano, donde se busca poner en marcha una serie de consejos consultivos similares a los grupos de desarrollo rural que existen, por ejemplo, en Asturias. Se enmarca dentro del proyecto ERICA (España y sus Regiones Intercambian Conocimientos con Antioquia) de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo, en el colaboran, entre otros, la Universidad de Antioquia. El Ceder Navia-Porcía actúa en representación de la Red Española de Desarrollo Rural.

"Los municipios en los que intervenimos e impartimos talleres fueron Necocli, Montebello, Barbosa y Guadalupe. Todos pertenecen a la región de Antioquia, cuya capital es Medellín. Además dimos una charla en la Universidad de Antioquia", apunta Germán Campal.

Según explica el técnico, en este país de América del Sur la legislación contempla, desde los años noventa, una serie de consejos consultivos en los diferentes territorios, formados por la sociedad civil y la administración. "A pesar de ello, nunca se han puesto en marcha. Ahora se plantean crear un programa piloto para crearlos en estos puntos, y después ampliarlo al resto de regiones", explica Campal.

Así, este ingeniero agrícola pudo visitar plantaciones de café, cacao o caña de azúcar, enclavadas en los valles del interior de Antioquia. Se desarrollaron talleres con los productores, y se trasladó "la importancia de contar con un plan de acción para el territorio, habiendo analizado antes las necesidades existentes". "Con estos planes, se dirigen las inversiones de forma precisa", apunta el gerente del Navia-Porcía.

En el país colombiano, Campal detectó "unas posibilidades enormes", sobre todo en cuanto a la transformación y comercialización de cultivos tradicionales, así como otros novedosos como la estevia. También aprecia un gran potencial en el turismo de experiencias y de aventura, aún por desarrollar. "Son muy participativos, pero tienen importantes carencias en la gestión y en la visión empresarial, lo que les hace perder muchas oportunidades", dice.

Ahora, los implicados en el proyecto trabajarán para elaborar un plan de acción para cuatro años; y se llevará a cabo un proyecto, que servirá como modelo para el resto de actuaciones.

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