Hace ahora una década, un grupo de personas con un fuerte compromiso con el medio rural y los movimientos sociales fundaron en el Occidente el colectivo "La Casa Azul". El nombre lo tomaron de un bar tienda de Valdepares (El Franco) en el que proyectaron instalarse, aunque finalmente no fue posible. Diez años después, este colectivo cuenta con más de medio centenar de socios y colaboradores, y ofrecen en su local, ubicado en el barrio naviego de Las Veigas, productos ecológicos, de cercanía y de comercio justo.
"La Casa Azul", que este pasado fin de semana ha celebrado su décimo aniversario, se define como "un proyecto colectivo, que busca potenciar desde la práctica el medio rural, sus recursos, y desarrollo desde una visión ecológica y socialmente sostenible".
"Surge de un grupo de gente, desde Valdés a Vegadeo, con distintas militancias, pero viviendo en el mundo rural, actuando como consumidores, y que quieren tener acceso a ciertos productos de cercanía, de calidad y de comercio justo", señala Faustino Loy, uno de los miembros. "La idea fue crear una asociación que nos permitiera unir fuerzas: en defensa del medio rural, como forma de economía y de modelo social, y para hacer actividades".
En el local que mantienen en Navia, ofrecen la oportunidad de adquirir todo tipo de productos ecológicos. Van desde la alimentación, desde harinas a granel a algas, pasando por vino, cereales o mermeladas. También disponen de productos de higiene y de belleza, y han creado un grupo de consumo que se abastece de la finca de "El Cabillón". De forma periódica se organizan charlas, proyecciones de cine y documental, conciertos y fiestas.
El consumo de productos ecológicos, y de cercanía, es una opción que va más allá de lograr una mayor calidad. "Es simplemente que nos pongamos a ello, que a los productores de la zona se les facilite el producir en ecológico; y que cuanto más cercano esté el productor y el consumidor, el proceso genera menos emisiones, es más racional, y mucho más justo", apunta Loy, que subraya que el consumo de productos ecológicos está creciendo un 20% anual en España. "Nosotros lo defendemos no como un negocio, sino como un método de defensa del medio rural y de la salud del planeta y la nuestra".
La asociación se organiza en asambleas mensuales y abiertas. "Al principio éramos muchos menos. Este movimiento con el que contamos ahora es un premio a la constancia; nos hemos unido mucha gente que quiere lo mismo", explica Pablo Casado, otro de los participantes en "La Casa Azul". Por su parte, Eva Arango destaca lo dinámico que es el grupo, en el que se funden todo tipo de inquietudes para enriquecerse los unos a los otros. "Se utiliza este local para muchas actividades y talleres, y al final aprendes de todo", apunta. De hecho, son varias las asociaciones que, gracias a la colaboración que mantienen, pueden utilizar el local para llevar a cabo sus actos.
Para dentro de otros diez años, los miembros de "La Casa Azul" piden "estar al menos tan bien como ahora", y que se dé más peso al medio rural: "Si se percibe que las políticas tienen en cuenta al medio rural y a quien lo habita, estaremos contentos", afirman.
