El rector de la Universidad de Oviedo visitó ayer un concejo que se ha convertido en referencia por su defensa de la educación pública y de la escuela en la zona rural asturiana. En el colegio público de Enseñanza Básica Carlos Bousoño de Boal hay matrícula hasta segundo de Bachillerato, pese a que cada curso hay menos alumnos de este grado. García-Granda indicó que el trabajo de los profesionales y de las familias en la zona rural "es fundamental" para la Universidad. "La escuela rural contribuye a fijar población y es importante que lo haga porque es bueno que tengamos a los habitantes distribuidos por toda la región y que no perdamos tradiciones milenarias ni el apego por las zonas rurales".

El Rector aseguró, además, que las aulas con cuatro o cinco alumnos no comprometen el desarrollo académico de los estudiantes. Indicó que esta situación tiene sus ventajas y sus inconvenientes, y en sus explicaciones se centró en las primeras. A su juicio, "vivimos en un mundo globalizado y hoy en día el contacto y la comunicación son cada vez más fáciles; por ello los alumnos no están aislados, aunque vivan en un entorno especial, en la zona rural", dijo. El rector de la Universidad de Oviedo opinó que residir en lugares como Boal "enriquece a la persona (por el estudiante) y a la comunidad. No soy partidario de las grandes concentraciones, sino de la formación específica cerca al lugar en el que se vive", subrayó.

El Rector estuvo acompañado por el vicerrector de Extensión Universitaria y Proyección Internacional, Francisco José Borge López, uno de los pilares del convenio firmado ayer en Boal.