Todos los factores que se tenían que dar se conjugaron ayer en Castropol para hacer posible una de las celebraciones del Corpus Christi más "formidables" que se recuerdan. La ausencia de viento, que dejó trabajar a los alfombristas, la colaboración entre asociaciones y vecinos, que superaron los metros instalados en otras ocasiones, y el buen tiempo, que atrajo a miles de visitantes hasta esta orilla del Eo, dieron como resultado una jornada "excepcional".

El Corpus de Castropol y sus alfombras están declarados fiesta de interés turístico regional. Ayer quedó demostrado el porqué. "Son muy guapas, dignas de admirar. Son una maravilla: hay que tener afición y cariño a esto", señaló Neli Rodríguez, de la Asociación de Pensionistas de Gijón. Era la primera visita de este grupo, y la impresión no pudo ser mejor: "Son una obra de arte".

En total, se instalaron casi seiscientos metros de alfombras a lo largo de las calles más céntricas de la villa. En ellas trabajaron decenas de vecinos, ya fuera en grupos o dentro del colectivo cultural "El Pampillo". También hubo alfombras creadas por los alumnos del colegio La Paloma y por usuarios del centro rural de apoyo diurno de Tol.

"Estoy muy orgullosa porque es el día en el que Castropol vive su día más grande, el que tiene más afluencia de público. Y el trabajo que se ha hecho resalta y se ve recompensado porque se han dado unas condiciones excepcionales", explicó Maite Muiña, responsable de "El Pampillo". No dudó en calificar ese Corpus como "formidable en todos los sentidos". No obstante, criticó al gobierno local, al creer que "debería ayudar mucho más".

Las creaciones, a base de sal de colores, hortensia, clavel, gerbera, rosas, virutas, arenas y arroces hicieron, asimismo, las delicias de los vecinos de Bueño (Ribera de Arriba), que dedicaron el fin de semana a realizar una visita por la comarca de Oscos-Eo. "Son un trabajo exhaustivo, extraordinario; es una gozada", aseguró Belarmino Fernández, presidente de los vecinos de Bueño.