La playa de Penarronda registró este fin de semana tres rescates acuáticos, tantos como los contabilizados por el Servicio de Salvamento y Socorrismo de Castropol en toda la campaña estival de 2016 en las dos playas que gestiona (Penarronda y Arnao). Es la razón por la que el coordinador del servicio, Rodrigo Vijande, pide prudencia a los bañistas de este arenal, habitualmente tranquilo, pero que presenta en este inicio de temporada y de manera ocasional unas condiciones que lo vuelven "un poco más peligroso" de lo normal.

El peligro reside en unos hoyos que proliferan esta temporada y que pueden dar más de un susto a los bañistas, especialmente en condiciones de mala mar. "La gente se mete porque ve que no cubre, pero de repente cae en un hoyo y ahí son arrastrados por la corriente", indica este profesional, que confía en que estos hoyos vayan desapareciendo a medida que avanza la temporada.

Los socorristas examinan cada mañana el arenal para delimitar las zonas de baño más seguras y evitar esos hoyos, de ahí que consideren fundamental que los bañistas sigan sus recomendaciones. "Queremos concienciar a la gente, así se evitarían estos sustos", indica Vijande.

Este castropolense explica que no se trata de alarmar a nadie, pero sí de concienciar a los bañistas. En condiciones normales, la playa no es peligrosa, "es tranquila y familiar y no supone peligros"; sin embargo, es un arenal "muy abierto al mar y ventoso, que en mala mar recibe mucha carga de agua y en el desagüe echa a la gente hacia afuera".

Los tres rescates del fin de semana, cuando en el arenal ondeó la bandera amarilla, se produjeron por imprudencias de los bañistas, que estaban fuera o al límite de la zona señalizada para el baño. El rescate más grave se registró el sábado, en torno a las seis de la tarde, cuando cinco personas se estaban bañando en la zona trasera de la piedra del Castelo, una zona no permitida para el baño. El domingo hubo una doble intervención, con un implicado en cada rescate. "Uno de ellos estaba bañándose fuera de la zona permitida y lo arrastró la corriente, y el otro estaba en la zona permitida pero se adentró mucho", precisa Vijande.

"Gracias al trabajo de los socorristas, todo quedó en nada, pero alguna persona no hubiera librado sin ellos. Si la gente respetara la señalización no habría ningún problema", concluye Vijande.