El cineasta moscón Julio de la Fuente "cumplió" ayer con Cudillero. Rodó parte del que será su primer largometraje en la playa que tantas veces visitó en su infancia: la Concha de Artedo. "Esta zona de Asturias tiene unos paisajes especiales y, además, aquí es fácil rodar; a nivel administrativo no encuentras dificultades", destacó. Lo que pudo iniciar en Cudillero "con mucha facilidad", en un concejo del oriente, cuyo nombre no desveló, no pudo ni intentarlo. "No me recibieron", criticó.

De la Fuente se desplazó ayer con una veintena de personas a la playa de Cudillero, donde rodó parte de las escenas de interior y exterior que compondrán el filme "El último invierno".

El equipo empezó a grabar a las nueve de la mañana. El rodaje se prolongó hasta primera hora de la tarde sin apenas interrupciones. A pie de playa, una grúa de cine daba cuenta de que en la playa cudillerense pasaba algo especial. La amenaza de lluvia y la discreción con la que se organizó el rodaje evitaron la visita de curiosos.

El cineasta asturiano asegura que el Occidente está sin explotar para el cine. Julio de la Fuente ya utilizó como escenario Cudillero en otras ocasiones. "Vuelvo porque ésta es mi segunda casa", señaló. En su primer largometraje se podrán reconocer las playas de la Concha y Verdicio. También Oviedo y Grado.

La película tiene un marcado carácter asturiano por la presencia de actores de la región. El protagonista es Eduardo Castejón. Interpreta a un asesino a sueldo que vivió una infancia dura, con un padre alcohólico, una madre enferma de Alzheimer y unos profesores de colegio que le propinaban palizas.

La historia, dice De la Fuente, tiene fin social. "En este país, los delincuentes y asesinos son como una especie protegida. Con 'El último invierno' denuncio las injusticias. Las víctimas se van al cementerio y los culpables no tienen el castigo que merecen", consideró.

El rodaje de la película llega hoy a Oviedo y Grado. Concluirá en octubre. Se estrenará en febrero de 2018.