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Preocupación entre los ganaderos de la costa tapiega por el aumento de los ataques del lobo

El cánido mató en la noche del lunes cinco animales en una finca de Viacoba, a menos de dos kilómetros de la capital

Joaquín Méndez, con los animales muertos en Viacoba. T. CASCUDO

"Sientes mucha impotencia. Esto no va a parar y hace falta hacer algo porque cuando acabe con las ovejas empezará a matar terneros", lamenta el ganadero tapiego Joaquín Méndez, que el lunes por la noche perdió cinco ejemplares de cabra y oveja por un nuevo ataque de lobo registrado en una finca de la localidad de Viacoba, a menos de dos kilómetros de la capital tapiega. Es el quinto incidente de este tipo que se registra en esta zona en el último mes, de ahí que los ganaderos se muestren preocupados y pidan soluciones para poner freno a esta situación.

Los ataques atribuidos al lobo se registraron en diferentes puntos de Mántaras, A Ventosa, Campos, El Cortaficio y Viacoba, y afectaron principalmente a ejemplares de oveja y cabra, pero también a un perro y un corzo. En todos los casos, los indicios apuntan a que el causante de las muertes es el lobo, y así lo certificaron los agentes de la Consejería de Desarrollo Rural.

Para Joaquín Méndez, la cría de ovejas y cabras es un hobby al que dedica el tiempo libre que le deja su explotación de vacuno. Confiesa la rabia e impotencia que sintió el martes cuando descubrió la muerte de una oveja y sus dos crías (una de ellas no apareció), además de dos cabras de menos de seis meses. La administración las valora en poco más de 300 euros, aunque para su dueño la pérdida es mayor.

El lobo entró por la orilla de la finca que linda con el río, el único punto que no dispone de cierre. De hecho, por esta zona fueron halladas varias huellas que se corresponden con las del cánido.

El presidente del club de cazadores tapiego El Picón, Ernesto Maseda, cuenta que la presencia de lobo en este entorno "casi se puede dar por cierta", ya que integrantes del colectivo han podido localizar un par de ejemplares. "No hablamos de una manada, pero sí de un par de animales sueltos", precisa. Considera que si se consolida una población de lobo estable en la zona, la incidencia para los ganaderos podría crecer. El Picón dispone de comederos para mantener al jabalí controlado en unas determinadas zonas y reducir así los daños en los cultivos, pero la presión del lobo, atraído por las crías de esta especie, podría obligar a las piaras a moverse, lo que conllevaría "más daños y también más accidentes" en las carreteras.

Maseda aboga por aumentar la prevención y reclama a la administración regional que conceda ayudas a los ganaderos para poder construir cierres con los que defender al ganado y también los cultivos.

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