Cudillero celebró ayer San Pedro defendiendo el carácter mordaz del sermón de l'Amuravela y pidiendo una tregua a la lluvia que, finalmente, se logró. Para empezar, el recital embistió a los críticos con esta particular forma de contar a San Pedro lo sucedido en los últimos doce meses. "¿Pa que ya l'Amuravela sinón pa falati claru?", dijo el orador, Cesáreo Marqués, en perfecto pixueto. "Si algunus tais disconformis / ha ser que nun son pixuatus / piansan que por nun dicillu / non has ver tú lus intuartus", añadió.

Dice Marqués que, como pueblo marinero, no se puede olvidar la problemática de los cupos de la xarda. "La costera de caballa / feixusi sin sobresaltus, / anque omentarun el cupu / sigui risultando iscasu". La escasa iluminación de la villa por las noches y la inconclusa ordenación de las terrazas de la plaza fueron otros temas locales a los que se dio protagonismo. "Prumitiarun arreglayu, / pero unda siguin igual / que taban el outru veranu", recitó Marqués, quien este año hizo merecedora de un reconocimiento público a la directora de la biblioteca, Mariani Fernández. También recordó a viva voz al médico pixueto, José Luis Álvarez, recientemente fallecido.

El sermón fue varias veces interrumpido por los aplausos de los presentes, que no dudaron en abrir el paraguas en las dos ocasiones en las que las gotas de lluvia amenazaron el acto. Una de ellas obligó a retirar a dos de las once imágenes que presiden la popular arenga.

En clave internacional, hubo recuerdo para Donald Trump ("muy humanu nun paez, ¡si hasta tan nombri de patu!); para "l'llouco norcoreanu"; y para el presidente de Rusia, Vladimir Putin: "Por si mi tan iscuchandu, / siampri en Cuideiru hubu bombas / ya nun vamus prisumiandu". También se hizo alusión al Brexit: "pa m'idea nunca tuviarun", dijo sobre los ingleses y sus lazos con la Unión Europea.

Pero si con algo se detuvo Cesáreo Marqués fue con los casos de corrupción destapados en España. "Ya impusibili que haiga tantu lladrón pur-í sualtu", dijo. Se acordó de Rodrigo Rato, de la Infanta Cristina y su marido Iñaki Urdangarín, de la operación Hulla y de la familia Pujol. Estos comentarios levantaron un sonoro aplauso, como la condena al terrorismo internacional: "sisinar en nombri de Dios / ya cousa de lus humanus".

Durante el acto recibió el XIII Galardón San Pedro de Cudillero el padre Antonio Mingo.