Sostiene el musicólogo tapiego Félix Martín que el cine Edén fue el salón de ocio de su época "más importante de la comarca eonaviega", no solo por la variedad de su programación, sino también por la gran afluencia de público de la que gozó en su larga historia y por su trayectoria ininterrumpida de sesenta años. En el nonagésimo aniversario de su apertura y el trigésimo de su cierre, Martín presenta "El Edén. Un espacio de cultura y diversión en Tapia de Casariego (1927-1987)", un libro que, por primera vez, recopila la historia de este popular equipamiento que ha dejado una huella imborrable en generaciones de tapiegos.
"Estoy contento con el resultado, a ver si los tapiegos dicen lo mismo", dice Martín de este libro autoeditado de trescientas páginas, prologado por Diego Fernández y que se presentará mañana a las ocho de la tarde en el auditorio de Tapia y dentro de la programación de las fiestas del Carmen.
Hace veinte años que Martín se propuso empezar a recuperar la historia de este emblemático establecimiento. Sentía curiosidad, no solo por su formación como musicólogo y sus propias vivencias en la sala donde, por ejemplo, bailó por primera vez con su mujer, sino también porque su madre había trabajado en el Edén como zarzuelista y figurante décadas atrás.
El trabajo de campo, al que prefiere denominar "de cocina", le llevó a entrevistarse con infinidad de vecinos ligados al Edén. "Pasé muchos veranos de cocina en cocina con personas mayores que habían vivido la primera época", precisa. Entre esos testimonios no faltaron el de Floro Díaz, al que describe como "el primer gran camarógrafo" del salón Edén, ni el de José Antonio "El Tarandolo", que le sucedió en la década de los cincuenta. Completó toda esta información oral buceando en la hemeroteca y rescatando programas y libros de fiestas o pregones antiguos, así como abundantes fotografías sacadas de archivos personales.
Luciano Méndez y Leonor Pérez abrieron el Edén en 1927, aprovechando el céntrico edificio construido en 1915 para albergar la fábrica de conservas Hermanos Pérez Casariego, y a partir de 1965 estuvo regentado por el empresario José Alonso, también dueño del Café Moderno y al que Martín define como un "empresario modelo e innovador" que fue capaz de modernizar la sala.
Aunque se conoce como cine Edén, su funcionamiento se corresponde más con el de un "espacio multiusos" con capacidad para 350 personas, en el que se proyectaron películas de cine y se programaron zarzuela, teatro, veladas literarias y grandes bailes. "Concentraba la actividad cultural en todas sus manifestaciones. Fue un espacio de cultura y diversión por el que pasaron generaciones de tapiegos, y todos tienen el recuerdo de un buen pasatiempo", puntualiza el autor.
