Una docena de niños se apuntaron ayer a sacar a los cabezudos en el tradicional desfile que anuncia las fiestas patronales de Cangas del Narcea. Tan solo tres personajes se quedaron guardados sin poder recorrer las calles de la villa. En esta edición, algunos de los medianos también encontraron voluntarios que les hiciesen bailar y salir a acompañar a los gigantes "Telva" y "Pinón", que se encargan de sacar, desde hace años, los hermanos Falo y Kiko González.

"Parece que este año la gente se animó a participar, todavía se quedaron personajes sin salir, pero al menos hubo 12 cabezudos y dos medianos en el desfile", recalca Falo González, que recuerda que el año pasado los medianos no salieron por falta de voluntarios.

El calor y el peso de las cabezas que deben llevar los niños no les quitan las ganas de participar y de realizar todo el recorrido. "El truco es sujetar la cabeza con las manos, para que no pese tanto", señala Carmen Fernández, que acudía por primera vez al desfile. La razón para apuntarse asegura que fue que siempre le pareció divertido.

También se estrenaron los hermanos Álvaro y Daniela Caraduje, de 7 y 5 años, que explican que lo que más les gusta es poder ponerse las máscaras y bailar.

Lograr la participación de los mayores, para que los personajes medianos formen parte de la comitiva, es lo más difícil. Esta vez consiguieron salir el Ogro y la Princesa. El encargado de llevar al Ogro fue Gerardo Fernández, quien confesó que hacía 17 años que no participaba. Fue a raíz de que su hija quisiera formar parte de la comitiva por lo que decidió dar vida al Ogro.

"Cuando era pequeño hacía a mi abuelo ir a las nueve y media al Ayuntamiento, donde hacíamos cola para poder llevar un cabezudo. Ahora no hay ese interés", lamenta Fernández, quien, como muchos de los que asistían ayer al recorrido, teme que la tradición de ver a los gigantes y cabezudos desfilando por las calles de la villa en las vísperas de los días grandes de la fiesta llegue a desaparecer.

Ayer el recorrido fue el más amplio, el que llevó a los personajes hasta los barrios del Fuejo y de Santa Catalina, pasando por las calles centrales de la villa, siempre acompañados por la música del grupo de gaitas y tambor "Son d'Arriba".

Por la tarde los niños volvieron a ser protagonistas con la chocolatada y los juegos tradicionales organizados por varias peñas en el parque del Minero. Y la noche volvió a brillar con el último espectáculo pirotécnico de las fiestas a cargo de las peñas El Sarmiento Juvenil, La Forca y la conjunta de La Candelina, El Espolín, La Gandaya, El Palenque y La Tirada, precedido de la tirada a mano. Al finalizar, se celebró la tradicional carrera de madreñas que organiza la peña La Xarana.

Además, hubo verbena, a cargo de las orquestas "K-libre" y "Malasia".