La gaita de Manuel Enríquez Fernández, más conocido como "Nela de Bres", volvió a retumbar en la tarde de ayer entre los muros del monasterio de Santa María, en Villanueva de Oscos. A punto de cumplir ochenta años, este maestro de la gaita se ha convertido en un fijo para la "Festa dos Frailes", una cita cultural que cumplió tres ediciones con un éxito absoluto de público.

La organización calcula que unas cuatrocientas personas disfrutaron de los conciertos, el teatro, el mercado medieval y los juegos infantiles promovidos por la Asociación Orden de Vilanova en un entorno tan especial como el cenobio. Es sólo una muestra de lo que este edificio podrá albergar a partir de ahora, tras haber sido cedido al Ayuntamiento de manos del Principado.

"Siempre es un placer actuar en la 'Festa dos Frailes'. Nos tratan genial, y la gente viene a escuchar. Respetan mucho lo que estás tocando. Es una maravilla, y estamos encantados", resume, siempre sonriente, el gaitero de Bres. A su lado, Antón Expósito, con su clarinete en la mano, refrenda a Nela: "El monasterio es un marco incomparable para hacer música. Estamos muy contentos de tocar en Villanueva de Oscos", asegura este músico gallego, de Lorenzana. "Hay una unión muy fuerte entre Asturias y Galicia. La cultura es prácticamente la misma, se funden aquí uno y otro lado", subraya.

Año tras año, este festival crece "e involucra a más personas del pueblo, que es lo que queríamos", puntualiza Gustavo Sánchez, presidente de la Asociación Orden de Vilanova. Todo el pueblo se vuelca en la preparación del edificio, la adecuación de las zonas exteriores y, en el mismo día, de atender a los numerosos visitantes.

Ahora, con el cambio de titularidad a manos del Ayuntamiento por cincuenta años, se espera que este tipo de eventos se multipliquen. "Nos da más margen de maniobra, ya que el Ayuntamiento nos apoya mucho con el festival. Intentaremos crear más actividades en invierno, como talleres o charlas. Queremos que sea una casa de cultura para el pueblo, para el disfrute de todos", dice Sánchez. La obra de reforma y techado, por la que lucha el Consistorio, requeriría una inversión de unos 800.000 euros.

Por lo pronto, ayer se disfrutó, y mucho, de la cultura en el cenobio. Desde la mañana hasta bien entrada la noche se sucedieron los conciertos, tanto en la sala capitular como en el claustro, de todo tipo de música: tradicional, folk, rock, blues o country, entre otros. Los más pequeños disfrutaron con el tiro al arco y una gran gymkhana.