En Navia todo está listo para acoger, un año más, una prueba internacional de motonáutica. La competición, que se desarrollará a lo largo del fin de semana, promete emociones fuertes en la ría, con dos categorías, HR-850 y T-850, una veintena de pilotos y la oportunidad de subirse en uno de estos veloces vehículos.

La escudería Navia Motor Club es la encargada de la organización de la cita. "Se solicitó el Campeonato del Mundo, después del éxito de la prueba del pasado año, pero la Unión Internacional de Motonáutica no cedió repetir esta prueba aquí. Entonces, este año organizamos el Campeonato de Europa de la categoría T-850, así como un premio internacional de la categoría HR-850", explica Agustín Ángel Martínez, presidente de la gestora de la Federación Asturiana de Motonáutica y miembro de la organización de la prueba naviega.

En la categoría T-850 habrá once participantes, entre los que se encuentran Miguel Ángel Betancort, que venció el pasado año en aguas de la ría. Participará también Pedro Fortuna, que disputará ambas categorías. "Esperamos que haya más competitividad, si cabe", dice Martínez. En HR-850 son nueve los inscritos. Los participantes llegarán a Navia procedentes de Holanda, Portugal, Francia e Irlanda, además de España.

El circuito se ubica en la ría, partiendo de la zona del muelle y hacia el sur. Es un circuito de 1.600 metros, al que los pilotos darán quince vueltas en cada manga. Hoy viernes comenzarán las verificaciones administrativas y técnicas pertinentes, que seguirán mañana por la mañana. En la tarde de mañana, a las tres, darán comienzo los entrenamientos libres, las rondas clasificatorias, y, posteriormente, las primeras mangas de las competiciones. La competición se reanudará el domingo, a las cuatro y cuarto, para rematar a las ocho con la entrega de trofeos.

"Desde la primera etapa, y ahora estos años con el regreso, los pilotos consideran que se trata de un enclave perfecto para este deporte", asegura el secretario de la escudería, José Antonio Méndez.

Como novedad, este año la organización dispone de un vehículo, de similares características a los de competición, para que quienes lo deseen puedan subirse y vivir en primera persona las emociones propias de esta modalidad.