"La imagen de Degaña después del incendio es devastadora". Así describen los efectos del fuego los vecinos de la localidad, que el viernes por la tarde tuvieron que salir de sus casas, provistos de cubos de agua y mangueras, para sofocar unas llamas que se acercaban peligrosamente a las viviendas. Tres días después, el negro tiñe el paisaje de la capital del municipio, y los lugareños y visitantes lo observan apenados.
"Da pena, es un dolor ver así Degaña", asegura el vecino Mario Ancares, que lamenta la falta de capacidad de reacción del municipio ante un suceso como el ocurrido el viernes y que, señala, cada año, en mayor o menor medida, se repite. "Estamos abandonados, está todo sin desbrozar, no hay caminos limpios de acceso al monte limpios y la motobomba que tenía el Ayuntamiento está aparcada", enmumera.
Precisamente, el portavoz de IU en el concejo, Ángel Álvarez, considera que Degaña está abandonada por el Gobierno regional. "Hace unos años que se estropeó la motobomba y arreglarla cuesta unos 30.000 euros. Solicitamos a través del Pleno que se dote de una nueva o se arregle la que hay, y solo recibimos negativas por parte del Gobierno, igual que con los cortafuegos, pedimos 20 y nos aprueban dos", denuncia. También apunta que el saneamiento tanto de Degaña como de Cerredo está obsoleto y añade que se puso de manifiesto "cuando fuimos a hacer uso de las bocas de riego para sofocar las llamas y no funcionaban. Menos mal que los vecinos fueron rápidos y comenzaron a sacar mangueras, fue un desastre".
Agripino Fernández, representante de los vecinos de Degaña, solicitó el pasado mes de julio, a través de un escrito, que se llevase a cabo el desbroce de fajas auxiliares aprobado para ejecutar antes del 20 de agosto. Sin embargo, su petición no se llevó a cabo.
"La protección es esencial para evitar el miedo que pasaron los vecinos, el proyecto estaba aprobado desde el año pasado y no se hizo, aun viendo que el peligro era inminente", explica Fernández.
El fuego se inició a las cinco de la tarde del viernes al lado de la escuela de Degaña y arrasó unas 120 hectáreas de monte bajo.
