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La familia del cura de Tineo desconocía la existencia de un supuesto hijo

El hombre que ha logrado que se hagan las pruebas de ADN a los restos del sacerdote ronda los 50 años y es de Gijón, y su madre, de Blimea

Vecinos de Zardón en el cementerio parroquial, ante la tumba de Cándido García. C. CORTE

La familia directa que le queda a Cándido García Tomás, sacerdote en Tineo hasta su fallecimiento el pasado mes de noviembre, desconocía que el cura pudiera haber tenido un hijo en su pasado. Según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, para ellos fue una sorpresa total recibir, cuatro meses después de su muerte, una demanda de paternidad de parte de unas personas a las que conocían por su amistad con Don Cándido, como era conocido el párroco Tineo, donde ejerció 44 años antes de fallecer a los 70 años.

La persona que presentó la demanda de paternidad y por la que se llevará a cabo la exhumación del cadáver de Cándido García tiene, según las personas más cercanas al caso, entre 40 y 50 años y un hermano mayor. La familia del supuesto hijo del párroco vive en Gijón, aunque su madre es natural de Blimea, en San Martín del Rey Aurelio. La demanda de paternidad ha llevado a que el juez autorice para los próximos días la exhumación de los restos del cura, enterrado en Zardón (Cangas de Onís).

La herencia de García -que rondaría los 1,2 millones de euros e incluiría 4 pisos- es el motivo que habría llevado a reclamar la paternidad. El párroco tuvo cuatro hermanos, todos fallecidos, y la familia más directa en la actualidad sería cuatro sobrinos.

Los allegados al sacerdote reconocen que conocían a la madre del demandante por ser amiga de Don Cándido, pero nunca se imaginaron que pudiera haber habido algo entre ellos. La mujer estaba casada y tiene otro hijo mayor, aparte del supuesto hijo que tendría con Don Cándido, cuyo nacimiento muchos sitúan anterior a su estado clerical, antes de su ordenación como sacerdote.

La familia al completo del supuesto hijo pasó periodos vacacionales en Tineo debido a la amistad que mantenían con García. Lo que llama la atención de los más cercanos al sacerdote es que hiciesen semejante reclamación después de tantos años de amistad y tras el fallecimiento. Ni durante el periodo que permaneció ingresado García en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo, ni con anterioridad, supieron que su supuesto hijo se hubiese acercado a él o hubiese hecho algo por él.

Al igual que los feligreses y los amigos del sacerdote, los familiares de éste lamentan profundamente que con toda esta historia "se esté manchando la reputación de Don Cándido", al que sus amistades insisten en recordar "como un cura que siempre hizo una función excelente. Ayudó a mucha gente en todo lo que pudo, incluso estudiando Derecho para asesorar a los ganaderos".

Compañero en la parroquia

Su compañero en la parroquia en los últimos cuatro años, Celestino Riesgo, está muy apenado: "Esto está hiriendo muchos corazones y debería haberse quedado en la intimidad personal". Recuerda que "todos somos humanos y si alguien tuvo algún fallo hay que entender que en toda una vida también se tienen caídas".

Comprende que después de más de 40 años como párroco en un lugar, que se hablé de la exhumación del cuerpo del sacerdote sorprenda y revolucioné a los feligreses "que se han ido acercando aquí para preguntarme por la veracidad de la historia, pero yo me enteré a la vez que todos y con los mismos datos, así que solo queda esperar a lo que se resuelva a nivel judicial".

Con lo que se queda Celestino Riesgo -que está a punto de dejar Tineo para trasladarse a Moreda (Aller), después de cuatro años en el concejo- es "con las buenas opiniones y el sentir de la gente hacía Don Cándido". Él mismo recalca que al final la mejor herencia que puede dejar una persona "son sus buenas obras, que es lo que queda en los corazones".

Personalmente, Riesgo asevera que su recuerdo del trabajo con Don Cándido, en el que ha sido su primer destino como sacerdote, "va a ser siempre el mismo y nadie me lo va a oscurecer". Rememora su paso por Tineo como "una etapa muy positiva que sé que me va ayudar en el futuro, así que esta noticia no lo va a ensombrecer".

Una forma de pensar que también comparten buena parte de los vecinos de Tineo. María del Carmen Argentina Pertierra confiesa que ella siempre tendrá un buen recuerdo. "Siempre ayudaba en todo lo que se le pedía, era muy buena persona y me extraña mucho toda esta historia", recalca. Como ella, son muchos los que prefieren no valorar su supuesta paternidad o que se vaya a exhumar su cuerpo.

"Lo veía todos los días porque vivo cerca de la iglesia, era una buena persona y muy atento, así que prefiero no comentar nada", aseveraba Argentino Rodríguez. Otro vecino, Paulino Álvarez, reconoce que "salga lo que salga en las pruebas nunca va a cambiar que fue un buen cura para todos los que lo conocimos".

Carmen Pilar Peláez también insiste en que nunca cambiará su forma de ver al sacerdote. "Para mí sigue siendo igual, lo valoraba por la persona que era, por su valía, ayuda y su trayectoria aquí", subraya. Lo mismo piensa Laureano García que hace hincapié en que nada puede modificar la visión sobre la labor pastoral y de guardián del patrimonio que desarrolló García en sus más de 40 años dedicado al sacerdocio en el concejo.

No obstante, ambos coinciden en plantear una reflexión sobre si en el pleno siglo XXI, la Iglesia no debería reabrir la posibilidad de realizar una reforma sobre la imposición del celibato a sus clérigos. "Dejar que sean ellos, los propios curas, los que decidan si quieren tener o no familia, para evitar que se haga este revuelo con algo que todos sabemos que toda la vida ocurrió", concluye Peláez.

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