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JUAN JOSÉ MENÉNDEZ GARCÍA | Presidente del Consejo Regulador de la Faba Asturiana

"Los controles de la faba asturiana deben ser para todos, no sólo para el productor"

"En el consejo regulador falta más implicación y compromiso para que todo funcione con más agilidad"

Juan José Menéndez, en la cooperativa de Otur. A. M. SERRANO

Juan José Menéndez García es presidente del Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Faba Asturiana desde octubre de 2013. Este luarqués afincado en Castropol, ganadero y agricultor de oficio, asegura que falta más transparencia en la compra venta de un producto tan emblemático como la faba asturiana. "A los que venden, le deben exigir lo mismos controles que a los productores", dice. En Asturias hay 175 productores, 23 empresas comercializadores y conserveras y 170 hectáreas cultivadas. La producción anual ronda las 200 toneladas.

- ¿Tiene salud el mercado de la faba asturiana?

-Sí. Tiene salud y también futuro. El cliente valora cada vez más la calidad de este producto tan emblemático de la tierra asturiana; es un producto premium de la gastronomía española. Además, los productores son cada vez más profesiones y el cultivo ya es una salida laboral para muchas familias.

- ¿Qué necesidades tienen los productores?

-Es necesario mantener el valor añadido del producto en toda la cadena para así devolver a los productores los elevados costes de producción. También sería conveniente que la administración abriera una línea de ayudas para subvencionar esta actividad en concreto, como ocurre con el arándano y la manzana de sidra. La faba asturiana, pese a ser un producto por excelencia de Asturias, no cuenta con estas subvenciones, que tendrían que estar vinculadas a la producción o a las técnicas de producción.

- El consejo regulador advierte constantemente del fraude de la faba asturiana.

-Sí. Se necesita más transparencia. Nosotros pedimos que se apliquen en los puntos de venta los controles que tienen que pasar los productores del consejo regulador. Hoy en día, vas a un mercado y en encuentras con bolsas de supuesta faba asturiana sin etiquetar. Preguntas el origen y te pueden decir que son fabas asturianas de Grado o de Valdés. Esto no se debe permitir. Se debe exigir la trazabilidad del producto. Además, estamos hablando de un tema que afecta a la seguridad alimentaria, no sólo se trata de proteger al productor de la faba asturiana. En este sentido, la administración tiene mucho que hacer.

- ¿Necesita la faba asturiana más promoción?

-No se trata tanto de promoción. Yo creo que hay que velar por las alianzas entre productores, empresas e incluso sector hostelero para vender y consumir la verdadera faba asturiana.

- ¿Qué resultados esperan para la cosecha de este año?

-Si no fallan las previsiones, pondremos en el mercado más de 200 toneladas.

- ¿El consejo regulador que preside podría funcionar mejor para proteger al productor y el producto?

-Falta más implicación por parte de todos. Aquí están representados el Principado, las empresas comercializadoras, los productores y Caja Rural a través de su Obra Social. En mi humilde opinión, falta más compromiso y voluntad para que todo funcione con más agilidad. Los asuntos burocráticos van mucho más lentos que el mercado y esta realidad, sin duda, nos perjudica.

- ¿Se necesita un cambio? ¿Qué rumbo deben tomar los productores, los intermediarios y la administración?

-Deberíamos estar más unidad y ayudarnos más. La faba asturiana es muy importante para el campo asturiano y para Asturias en general. Está relacionada con la fijación de población en el medio rural, algo de lo que todo el mundo habla muy bien. Además, la titularidad de un 27% de las explotaciones del Consejo están en manos de mujeres. Es decir, la faba asturiana genera empleo en la zona rural, es una forma de vida, y ayuda a autoemplearse a un colectivo tradicionalmente desfavorecido.

- Es presidente del Consejo desde hace cuatro años ¿para cuándo elecciones?

-La convocatoria depende de la administración regional.

- ¿Cómo valora su etapa al frente del Consejo?

-Me he dado cuenta de que el control lo tiene el mercado. Y los productores tenemos que dar respuestas al mercado, tenemos que ser rápidos. Sin embargo, la administración no entiende de estas prisas. Ahora intentamos poner en marcha una marca de calidad de la faba verdina, pero tenemos trabas: que si entra con la protección de 'Alimentos del Paraíso', que si se controla la producción a través del Consejo... Necesitamos respuestas rápidas.

- ¿Qué capacidad de maniobra tiene el consejo regulador para atajar estos problemas?

-Hay mucho trabajo por hacer. Si el cultivo tradicional de la faba asturiana no logra ayudas vinculadas a la producción, es difícil que todo el mundo sea profesional del sector. Necesitamos más incentivos para profesionalizarnos. La profesionalización es una forma de acabar con el fraude de la faba asturiana. Sabemos que mucha gente produce y vende sin control alguno y como complemento de la economía familiar. Esto hace mucho daño a un producto que, recuerdo, está protegido.

- ¿Qué mensaje quiere transmitir a los consumidores?

-Que no todo lo que se vende por faba asturiana es faba asturiana. Y si un saco o bolsa no tiene etiqueta ni trazabilidad, las fabas se pudieron manipular de cualquier manera.

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